Miércoles, 4 de marzo de 2015 | Hoy
CIUDAD › DECLARó UNA DE LAS POLICíAS ACUSADAS DE MATAR A GABRIEL RIQUELME
El joven fue asesinado en Villa Gobernador Gálvez el 3 de marzo de 2014, a bordo de un auto. Los acusados son tres policías que iban en otro automóvil. Una de las acusadas, dueña del vehículo, amplió ayer su indagatoria. Piden perpetua.
Por Lorena Panzerini
A un año del crimen de Gabriel Riquelme, el joven que fue alcanzado por balas policiales mientras viajaba en el asiento trasero de un auto en Villa Gobernador Gálvez, el fiscal Adrián Spelta presentó acusación contra tres policías y pidió prisión perpetua. Al mismo tiempo, la agente Virginia E., una de las imputadas, amplió ayer su declaración indagatoria en una audiencia oral y pública: "Soy inocente. Yo no tuve intención de matar a nadie, y si la madre de la víctima está acá, quiero pedirle perdón. Hubiera preferido morir yo para no estar pasando por esto", dijo la mujer, quien además afirmó haber bebido y haber dormido en el asiento trasero de su auto, donde viajaba con otros tres oficiales. Aseguró que se despertó en Pueblo Esther, y disparó "un par de veces al suelo" durante la persecución, pese a que se sentía "en una nebulosa". Dijo que se enteró de la muerte del chico al día siguiente. Al juicio llegaría la mujer con otros dos uniformados, ya que el cuarto fue condenado en juicio abreviado.
Riquelme fue asesinado la madrugada del 3 de marzo de 2014, luego de ser emboscado en una persecución mientras volvía con sus amigos a Villa Gobernador Gálvez, tras salir a bailar en Rosario, en un Chevrolet Celta. El joven de 20 años fue alcanzado por dos proyectiles que le perforaron el omóplato izquierdo, provenientes de un Fiat Palio en el que viajaban cuatro efectivos. Las balas atravesaron la luneta del Celta y Riquelme viajaba en la parte trasera. Por el hecho, también resultó herida una jovencita.
Unas 28 horas después de ese episodio, los cuatro policías del Comando Radioeléctrico villagalvense se presentaron ante su superior e intentaron justificar el hecho diciendo que habían visto un arma dentro del otro auto.
A un año del fatal episodio, la fiscalía consideró que se había reunido prueba suficiente como para presentar la acusación y buscar llevar a juicio a los tres acusados. En ese marco, solicitó la pena de prisión perpetua para el oficial subayudante Nelson Iván C., y los suboficiales Roberto Antonio P. y Virginia E., dueña del auto que participó en la balacera, por el delito de "homicidio calificado por su calidad de funcionarios públicos y participación de tres o más personas".
En la causa, a medidos del año pasado fue juzgado Julián L. G., quien fue liberado y condenado a tres años de cárcel en suspenso. El oficial, de 29 años, alegó que no participó y que mientras se producía la persecución llamó en tres oportunidades al 911 pidiendo auxilio, a la vez que describió el accionar de los otros policías. Ahora, deberá realizarse una audiencia preliminar para que un juez determine si las pruebas son suficientes para llegar a juicio oral con los otros tres imputados. Entre las evidencias hay videos de cámaras de seguridad y la prueba de que se alteraron las armas con la limadura de la numeración.
Por otra parte, la agente E. pidió ampliar su declaración ayer. Tras relatar ante el juez Javier Beltramone, el fiscal Spelta y los abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) --que representan a los padres de la víctima--, que el 2 de marzo de 2014 había trabajado hasta las 20 y de ahí se dirigió al cumpleaños de un sobrino, dijo que quedó en salir con sus compañeros a un bar. Hubo varios momentos en los que la agente dijo haber bebido cerveza. El grupo terminó en un bar de Presidente Roca y Santa Fe, donde la mujer dijo haberse mareado. Tras pasar por otro local, la agente dijo que se cayó y le pidió a Nelson C. que manejara su auto. "Yo iba dormida en el asiento de atrás y me desperté en Pueblo Esther con las detonaciones y gritos. En ese momento manoteo mi arma, la saqué por la ventanilla del lado del conductor y tiré al piso un par de veces. Cuando terminó la persecución y volvíamos (los otros policías) me dijeron que en Belgrano y San Martín un auto (el que perseguían) les quiso robar, y hubo disparos. Mis compañeros tiraron a las ruedas del otro auto", dijo. "Ellos dijeron que habían tirado desde el otro auto", añadió y también le contaron que el joven atacado era "soldadito de los Monos".
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