Los fiscales Ramón Moschetta y Donato Trotta pidieron la detención de nueve personas, entre ellos cinco policías, por la desaparición de Paula Perassi, la mujer de 36 años desaparecida el 18 de septiembre de 2011 en la ciudad de San Lorenzo. Paula estaba embarazada y tenía dos hijos pequeños, y su padre, Alberto, denunció desde el primer momento la complicidad policial. Los fiscales pidieron la detención de Gabriel Strumia, y su empleado Antonio Díaz, quienes ya fueron apresados en la causa y recuperaron la libertad. También están acusadas la esposa de Strumia, Roxana Michl, y una mujer señalada como la partera que interrumpió el embarazo. Los policías eran jefes de Unidades Especiales de la URXVII, comisario principal Jorge Krenz, y de la Agrupación Cuerpos, comisario inspector, Daniel Puyol, y los oficiales María José Galtelli, Ramón Godoy y Aldo Gómez, todos a cargo de la pesquisa de la desaparición de Perassi. Ahora, el juez penal de San Lorenzo, Juan José Tatau deberá decidir si da curso a las detenciones por "privación ilegítima de la libertad, seguida de aborto contra voluntad de la víctima y posterior muerte".

El lunes, el Equipo Argentino de Antropología Forense comenzará los trabajos en una cava ubicada en inmediaciones de la ruta 11 y las vías del Ferrocarril, en el límite entre Timbúes y Puerto General San Martín. En esta localidad Strumia tenía su taller de camiones. Según las sospechas que ahora los fiscales fundamentan, a Paula le hicieron un aborto contra su voluntad, y resultó muerta en esa intervención.

"Desde el primer momento, Alberto Perazzi no se equivocó un metro respecto de quienes eran los autores y los encubridores del crimen. Había un grupo policial que no quería que el caso se esclareciera", expresó el abogado de la familia Perassi, Adrián Ruiz. "Alberto lleva tres años y siete meses peleando por el esclarecimiento de los hechos, por encontrar a Paula y sobre todo para que la Justicia le abra una puerta y lo escuche, para que investigue", agregó el profesional, que destacó al Procurador Jorge Barraguirre, al fiscal de Cámara Guillermo Camporini y a Trotta como "las personas contadas con los dedos de una mano" que quisieron llevar adelante la investigación.

Sobre el destino de Paula, Ruiz no quiso abrir ninguna hipótesis. "Hasta que no encontremos el cuerpo, no descartamos nada", dijo. También aseguró que están "agradecidos y orgullosos" por el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense que --como develó Rosario/12 el 26 de marzo pasado-- se vio dificultado por las demoras de la provincia en destinar una retroexcavadora. Gendarmería custodia los terrenos y, una vez superado ese obstáculo, el lunes comenzarán los trabajos. "Que el EAAF esté acá está demostrando la gravedad institucional de la desaparición de una persona en democracia, y vimos cómo muchas personas que tenían la obligación de investigar, no lo hicieron", expresó Ruiz.

La periodista Anabela Tramontini, de Pregón de San Lorenzo, publicó ayer que "entre las pruebas que se presentaron, existe un mensaje que Gabriel Strumia, amante de Paula, le muestra a su padre un día después de su desaparición en el que el mismo la mujer le habría escrito a Strumia. 'Ahora estoy bien, estoy llegando a San Juan', fue el mensaje de texto que Strumia le mostró a Alberto. Una vez intervenidos los teléfonos, la investigación determinó que ese texto provenía de cerca de una antena de Puerto General San Martín, donde Strumia tiene su taller de camiones".

Sobre el encubrimiento policial, Tramontini publicó también que "las empresas telefónicas informaron que tras la fecha de la desaparición de Paula hubo una gran cantidad de llamadas entrecruzadas entre Gabriel Strumia y la oficial María José Galtelli, también entre Strumia y el oficial Aldo Gómez, entre Strumia y el oficial Godoy y, pero en una mayor cantidad, entre Strumia y el comisario Daniel Puyol, en un total de 24 alertas y 27 llamadas de radio entre la fecha de desaparición de Paula, 18 de septiembre y el 31 de diciembre de 2011".