Dos de los cuatro jóvenes detenidos por el tiroteo suscitado el domingo a la noche en la comisaría 14ª, de barrio Belgrano, quedaron anoche imputados por los delitos de intento de homicidio agravado contra los agentes de guardia en la seccional y por portación ilegítima de armas de fuego de guerra y de uso civil, según la acusación solicitada por la fiscal de Flagrancia Andrea Vega. Los otros dos, en tanto, serán sometidos a una audiencia diferenciada. Tras ello, el juez Gonzalo López Quintana les dictó prisión preventiva sin plazo a los imputados, mientras continúe la investigación sobre el inédito suceso del que hasta ahora no está comprobado el motivo. Eso sí: dispuso que ambos sean alojados en unidades del Servicio Penitenciario provincial, y que por ningún motivo sean trasladados a penales de jurisdicción policial.

El magistrado se basó en registros de videocámaras de calle que registraron el episodio y otras evidencias aportadas por la fiscal para rechazar lo que pretendieron los abogados defensores. Sostuvo la tipificación de los cargos -las defensas pretendían que se los acusara sólo de lesiones- y no accedió a morigerar los términos de la prisión preventiva.

Los detenidos son Guillermo Nieris, 30 años, detenido en el Hospital Carrasco a las 23 del domingo con un balazo en el pie; y Abel Fernando Pereyra, 18 años, apresado también en ese centro médico con un tiro en una pierna. También cayó su hermano, Néstor Pereyra, de 27 años, sin heridas pero con ropa similar a la que describió un testigo del tiroteo. Más tarde, en el HECA, fue detenido Emanuel Gamarra, de 18 años, cuando llegó para hacerse curar de una herida de bala en una pierna.

Nieris, que declaró ser empleado de una empresa de limpieza, había estado detenido en la seccional en la madrugada del domingo por "portación de arma de fuego de uso civil".

La audiencia imputativa realizada ayer en Tribunales comenzó con la abstención de declarar por parte de Nieris y Pereyra. La defensora oficial de éste, Eugenia Carbone, pidió la libertad de su cliente y, en su defecto, la prisión preventiva domiciliaria y por un mes de plazo. El abogado de Nieris, Jorge Bedouret, también pidió la libertad de su defendido y el otorgamiento subsidiario de salidas laborales.

Tras un cuarto intermedio que se extendió hasta entrada la noche, el juez López Quintana convalidó los reconocimientos en rueda de personas que la defensa había querido anular, y rechazó la pretensión de rebajar la gravedad de la imputación. De esa manera, avaló los términos de la acusación planteada por la fiscal Vega e imputó a ambos en el atentado contra la seccional de Marcos Paz al 6600. Quedará para las próximas horas un trámite similar sobre los otros dos jóvenes detenidos e involucrados en el caso.

La investigación continúa. Hasta el momento, la hipótesis más firme intenta explicar lo sucedido como el ánimo de venganza de Nieris contra los agentes de la comisaría adonde había estado detenido horas antes y donde habría sido golpeado por el personal a cargo. Sin embargo, en el seno de la pesquisa no dan crédito absoluto a esa explicación sobre un hecho que no tiene antecedentes en la ciudad.