En una entrevista con Rosario/12, la intendenta Mónica Fein remarcó que el próximo domingo los rosarinos elegirán entre el Frente Progresista y el Pro. "Son dos modelos antagónicos y es difícil en el debate porque los candidatos del Pro han decidido discutir poco de política; es más, cuando discutís de política dicen que se sienten agredidos". "En Rosario y en la provincia -entiende la jefa municipal que va por la reelección-, el Pro es un partido de diseño, han buscado a personas reconocidas".

"Plantean que quieren una ciudad mejor, donde todos vivamos mejor... nadie se va a presentar a elecciones para decir que quiere estar peor", ironizó. "La gente marcó que quiere una intendenta que lidere el reclamo de la ciudad en los temas que más nos preocupan, que tienen que ver con la violencia y la inseguridad", agregó en la recta final de la campaña.

--Tras las Paso, los candidatos del Frente Progresista resaltaron que tomaron debida nota de la elección y que se viene una nueva etapa. ¿Cuál fue su análisis inmediato?

--Dos cosas. Lo primero que Pablo Javkin había hecho una excelente elección, por lo tanto dentro del votante del Frente había alguien que me planteaba un Frente más consolidado, era un mensaje para nuestro partido de sumar más protagónicamente a los otros partidos. Hay un voto ahí que reconoce nuestra trayectoria pero que también quiere unir, como decimos en el spot, a lo bueno lo nuevo. Y nuestra lista de concejales lo refleja, quedó conformada como la sociedad quiere, un Frente Progresista más unido. Y pienso en mi nueva gestión que debe cogobernar más claramente el Frente. Mi segunda lectura es que la gente marcó que quiere una intendenta que lidere el reclamo de la ciudad en los temas que más nos preocupan, que tienen que ver con la violencia y la inseguridad, aún a costa de discutir con el gobierno provincial y nacional, y hacerlo con más fuerza.

--A pocos días de la elección general planteó que la intendencia se define entre Usted y Anita Martínez.

--Son dos modelos antagónicos y es difícil en el debate porque los candidatos del Pro han decidido discutir poco de política; es más, cuando discutís de política dicen que se sienten agredidos.

-¿Considera que se escudan en la agresión porque no tienen argumentos para explicar lo que quieren hacer?

--Al menos en Rosario, el Pro es un partido de diseño. Han buscado a personas reconocidas. Yo no pongo en tela de juicio su voluntad y sus ganas de construir, no es un tema personal, si no un proyecto político. En el debate político plantean que quieren una ciudad mejor, una provincia mejor, donde todos vivamos mejor. Nadie se va a presentar a elecciones para decir que quiere estar peor. Ahora, qué vamos a hacer con la salud pública, con los espacios públicos, con los servicios públicos, qué vamos a hacer con el planeamiento urbano de una ciudad. Creo que hay dos modelos. Rosario recuperó plusvalía a partir del condicionamiento que la ciudad le puso al sector privado para su desarrollo. Algunos podrían decir que se tenía que pedir más o menos.

--De todos modos, se escucharon muchas críticas sobre ese convenio.

--Pensaron que era terreno público y acá hay una confusión que es de base. Puerto Madero era terreno público que fue concedido al sector privado. Nosotros teníamos terrenos privados, que era puerto. Teníamos que expropiarlo, que era una opción pero económicamente no sustentable, o fijábamos condiciones. La que fijamos es que el 40 por ciento, de las 100 hectáreas, 42 pasaron a patrimonio público. Y no nos quedamos con eso. Los obligamos a hacer las obras de inversión en el lugar y le pusimos un monto que va al mantenimiento del patrimonio de la ciudad y un monto en tierras públicas para vivienda social. Es el debate de fondo que hay que dar. Nosotros tenemos producción pública de medicamentos, Macri vetó dos veces la producción pública de medicamentos. Ellos hacen convenios con cadenas de farmacias para que el paciente humilde vaya a retirar su medicamento, pensando que el mercado es el que marca el futuro de un paciente que está en condiciones de necesidad. La salud es un derecho, ahí el mercado tiene poco que hacer.

--Desde el Pro remarcan que su gestión no ha sido transparente.

--Escucho a los que dicen que son la nueva política, aunque ni Boasso, Reutemann y Mercier son la nueva política, y que dicen que la política no ha sido transparente. Yo quiero primero decir que está todo publicado y que no tenemos ningún empresario amigo del poder que lleve adelante licitaciones, ninguno. Hace poco salió publicado en un medio nacional que ellos tienen concesionado el mantenimiento de hospitales y que alguien como Caputo que estuvo en el casamiento de Macri, tiene una concesión de 400 millones de pesos. Esto acá sería un escándalo.

--En los dos debates, los candidatos del Pro cuestionaron la reforma de la Plaza San Martín.

--Qué bárbaro, a ellos les parece mal recuperar una plaza y no les parece mal darle negocios millonarios a desarrolladores urbanísticos en la ciudad de Buenos Aires para desarrollos privados, no dicen nada de eso. Les preocupa más que recuperemos la plaza a que impidamos algunos negocios que ellos hacen muy bien en la ciudad de Buenos Aires. Allí no discuten que regalan tierras valiosas para el desarrollo inmobiliario.

--Usted ha participado como candidata en varias elecciones, ¿la del próximo domingo es la más importante?

--Quizás es el desafío más complejo. Desde el retorno de la democracia hasta ahora, Rosario siempre ha tenido un camino hacia arriba. Podrá gustar más o menos, pero todos recordamos a Usandizaga, Cavallero, Binner, Lifschitz, fueron intendentes que dejaron marcas en la ciudad. Yo puedo plantear que hice la mayor cantidad de obra pública barrial, los 32 barrios de cloacas, las avenidas, y sin embargo la violencia ha marcado mi gestión. Yo asumí el 10 de diciembre y el 1º de enero se da el triple crimen de Villa Moreno, algo inolvidable para mí. Asumí pensando que el gran desafío que tenía la ciudad es lo que piensa cualquier intendente, la movilidad urbana, el desafío productivo, cómo generar más empleo para que haya más oportunidades, procesos de integración regional metropolitana, pero la instalación de la violencia como debate del intendente no lo había pensado.

--En un final tan cerrado como el que se dará el próximo domingo, ¿amerita hacer un llamado al resto de las fuerzas progresistas para que la acompañen?

--Sé que por muchos motivos, por nuestra historia o por elección personal, tenemos miradas diferentes. Por eso yo planteo con honestidad, para que cada uno que vote, más allá de la buena elección que han hecho los otros candidatos. Hoy en nuestras encuestas está claro: Es Miguel del Sel o Lifschitz, o es Ana Martínez o soy yo. Esto significa que es el Pro o el Frente Progresista. Sé que hay personas que piensan diferente, pero que también saben que entre los dos modelos de ciudad tienen muchas más coincidencias con esto que estamos diciendo, y comprendiendo la dimensión de esta disyuntiva nos acompañen en la próxima elección.