Un joven de 22 años fue asesinado por un policía en la comisaría de Puerto General San Martín, donde había ido a denunciar que había sido atropellado por una moto de la misma dependencia, luego de evadir un control de tránsito. "A vos te vamos a enseñar respeto", le dijo

el policía Jhonatan Puebla a Roberto Arrieta antes de dispararle en el pecho, con una escopeta con cartucho antitumulto. El impacto realizado a unos cinco metros le provocó la muerte. Sin dudar los policías lo cargaron en un patrullero y lo llevaron al hospital. La acción no debe ser interpretada como un acto de humanidad, sino como un acto liso y llano de ocultamiento de pruebas, ya que de no haberlo movido y llamado a una ambulancia, se hubiese podido comprobar las circunstancias de la muerte.

La fiscal Karina Bartocci informó que aún se encuentra investigando la sucesión de los hechos, en vista de que hay muchas versiones y las circunstancias previas a la muerte de Arrieta son "confusas". "Estamos tomando declaraciones testimoniales a las personas que se encontraron involucradas en los hechos, que fueron muchas", declaró. Y agregó: "El día de domingo, alrededor de las 19, ocurrió un hecho del que todavía hay varias versiones que se están investigando, donde participaron dos chicos en una moto y un móvil policial. Los jóvenes fueron llevados a la comisaría de Puerto San Martín, a la que concurrió un familiar de uno de ellos a reclamar por qué estaba detenido, y en el momento en que más personas se acercaron para hacer el mismo reclamo, se produjo el disparo que acabó con la vida de Arrieta".

En cuanto a si el disparo fue intencional, Bartocci dijo que aún no lo pudo establecer, pero "lo que sí está claro es que fue a muy corta distancia". Además, especificó que el policía se encuentra detenido y puesto a disposición del colegio de jueces de San Lorenzo.

Respecto al choque, dijo que existen versiones y testimoniales que se realizaron durante la jornada de hoy. "Sabemos que hay filmaciones con los teléfonos de gente que estaba presente, la Fiscalía todavía está recavando información", confió.

"Al policía no se le escapó el tiro, estaba tirando", aseguró ayer Mario González, el suegro de Roberto Arrieta. Todo comenzó con el festejo de cumpleaños del joven que cumplía el domingo 22 años en Camilo Aldao, junto a sus familiares y amigos. Hasta que en un momento dado se fue en moto con su novia a San Lorenzo. Al intentar eludir un control de tránsito, la moto en la que iba el chico es perseguida por un móvil y una moto policial que la choca y los hace caer del vehículo. Posteriormente van a la comisaría de Puerto San Martín, con su hermano y otros familiares, y se produce el entredicho con los policías.

"No traten de que esto lo tape la policía, que dicen que se le escapó el tiro. No se le escapó el tiro, el policía estaba tirando. Y los chicos lo único que habían hecho era evadir un control de inspectores de tránsito", sentenció González. Asi recalcó que "a los chicos los corren, los chocan, los hacen caer de la moto, se golpean. Pero hasta ahí era un corte, un golpe, un traumatismo". "El tema es que cuando Roberto se dirige a la comisaría de Puerto San Martín --prosiguió su suegro--empieza a haber discusiones y algunos golpes y en un determinado momento un policía empieza a hacer disparos. Me apunta a mí, que soy el único que estoy cerca de él, a no más de un metro y medio con mi nena de diez años. Alcanzo a abrazarla, me corro para un costado, el tiro pasa de largo y le pega a Roberto que estaba a cinco o seis metros del policía". Y como para que no queden dudas, en contacto con LT 3, sentenció: "Están aludiendo que al policía se le dispara el tiro, en ningún momento fue así, él carga y vuelve a disparar. Nada se interpone entre él y yo".

La audiencia imputativa del policía detenido se desarrollará mañana, a las 10 del mediodía en los Tribunales de San Lorenzo ante el juez Eduardo Filocco.

Por su parte el diputado provincial del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, visitó San Lorenzo para ponerse al tanto de la investigación y acompañar a la familia de Roberto Arrieta. "La gravedad de esto es que hace dos años denunciamos apremios contra una mujer que había denunciado violencia de género en esa dependencia, y no se avanzó ni judicialmente ni administrativamente contra los denunciados", señaló Toniolli. "Eso da un mensaje, que se puede hacer cualquier cosa. Todo esto debe ser penalizado, el hecho de no haber avanzado evidentemente trae consecuencias en el tiempo", agregó.