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La intendenta Mónica Fein manifestó preocupación y cierto disenso respecto de la situación de seguridad en Rosario, respecto de la mirada del gobernador Antonio Bonfatti, expresada la semana pasada, cuando destacó que la tasa de homicidios había disminuido un 20 por ciento. "Un único hecho de violencia amerita que sigamos trabajando intensamente en cómo revertir esta situación tan dolorosa", dijo la jefa municipal.

A la vuelta de un fin de semana en el que se contaron siete homicidios, Fein evitó cerrar filas detrás de las líneas partidarias y no dudó en repartir reclamos hacia las incumbencias del gobierno provincial, y también del nacional y del Poder Judicial. "Hay mayor presencia policial, pero necesitamos mayor efectividad, porque no se trata sólo de poner más policías, más rejas o cualquier otra medida de seguridad. Por supuesto que entiendo que frente al miedo es la reacción lógica, pero acá hay actores que generan violencia y que no están siendo condenados", señaló.

"Si permitimos que en la fábrica de armas de Fray Luis Beltrán desaparezcan municiones y armas, si Gendarmería y Prefectura no controlan los 800 kilómetros de costa que tiene la provincia, si la Justicia no actúa con eficacia, si no hay castigo a las economías ilegales y, por el contrario, son sus defensores quienes se transforman en paladines de la convivencia, difícilmente podamos desde un gobierno local combatir el narcotráfico y las consecuencias que este delito generan en toda la sociedad rosarina", razonó.

Después de cambiar a los jefes de la Policía provincial, Bonfatti había defendido su política de seguridad: marcó una merma del 20 por ciento en la tasa de homicidios, entre 2013 y 2014, y destacó que desde su asunción asignó "5 mil policías más en las calles", y que eso redundó en más detenciones de delincuentes. "Hay récord en Santa Fe: son 26 mil detenidos en lo que va del año", se ufanó el gobernador. Y contrastó con la falta de estadísticas criminalísticas a nivel país ni de otras provincias. "Nosotros sí las hemos presentado", aseguró.

El enfoque de Fein fue distinto, despojado de consideraciones positivas sin fisuras. "Hemos trabajado de manera conjunta, y de todas formas faltan respuestas más contundentes de las fuerzas policiales y de la Justicia. La inseguridad no es problema de un barrio o de una ciudad. Es un problema común a todos", dijo.

Admitió "una gran preocupación por lo que está sucediendo", y expresó autocrítica. "Nos reunimos con el jefe de policía, trabajamos con la policía comunitaria en prevención del delito. Promovemos la convivencia con programas como el Nueva Oportunidad que le da la posibilidad a un joven vulnerable a que se capacite y se inserte laboralmente, pero lamentablemente no tenemos los resultados que esperamos".

"Tener una ciudad más segura es un desafío. Si hay que llevar de 1.000 a 5.000 los jóvenes del Nueva Oportunidad lo vamos a hacer, si hay que duplicar los barrios intervenidos por el plan Abre, también lo haremos", enfatizó.

Ayer se ventiló en los medios la decisión de consorcistas del complejo premium Condominios del Alto, junto al parque Scalabrini Ortiz, de electrificar su cerco perimetral. Fein se pronunció en contra de esas medidas: "Lo entiendo como reacción al miedo, pero no estoy de acuerdo. Porque se trata de una barrera que fragmenta aún más a la sociedad, nos separa entre un adentro y un afuera, no aporta a la convivencia y muchas veces aquello que no separa está adentro".