[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La Cámara Penal en feria le dio prisión domiciliaria al ex jefe de logística de la Policía de Acción Táctica (PAT), Mario Urquiza, acusado por el crimen de un joven en Pueblo Esther, perpetrado en 2011, cuando trabajaba en la subcomisaría 15º de esa localidad. Además, se fijó una caución de 400 mil pesos. El policía está procesado desde el año pasado como "autor penalmente responsable del ilícito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego calificado por su función o cargo como integrante de las fuerzas de seguridad policial", por un hecho de gatillo fácil.

A mediados del año pasado, el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola confirmó la prisión preventiva y procesó a un ex jefe policial por el asesinato de Sergio Ezequiel Luján, un vecino de Pueblo Esther.

El hecho ocurrió en diciembre de 2011, cuando el oficial realizaba tareas como auxiliar en la subcomisaría 15ª de esa localidad. Según su versión, se enfrentó a tiros con Luján, después de que él y otra persona "apretaran" a un panadero en la calle, con el propósito de robarle.

Pero los testigos del hecho señalaron que tras un llamado al 911, la patrulla acudió al lugar de los hechos y el oficial Urquiza arrestó a Luján y lo metió dentro del patrullero. Luego fue a darle apoyo a su compañero que estaba tras el segundo joven al que buscaban, sin datos precisos sobre la denuncia. En eso, Luján abrió la puerta de la camioneta policial, e intentó huir a la carrera, cuando el policía lo ejecutó con un balazo en la espalda.

La víctima cayó a metros del patrullero y fue trasladado por personal policial al Hospital Gamen, de Villa Gobernador Gálvez. Allí murió. La resolución judicial de Dónnola estableció en su momento que "en este tema, todos los testigos presenciales cuentan de la misma manera esta circunstancia".

Los peritajes y el dermotest realizados determinaron que el arma que apareció al lado del cuerpo herido de Luján -que según se sospecha, fue plantada- no poseía ningún rastro o huella dactilar en su estructura, como si hubiera sido cuidadosamente borrada. Es decir, "teniendo en cuenta que un arma que está en uso y que resulta aparentemente manipulada por quien fuera su portador, es sumamente extraño que dicha constancia no aparezca como un elemento de prueba que indique haber sido tocada por alguien", dijo el juez.

La detención de Urquiza llegó más de tres años después del hecho, cuando acababa de ser designado jefe de Logística de la PAT. El fiscal Carlos Covani reunió las pruebas necesarias y pidió a Donnola la detención e indagatoria del efectivo.

Para los investigadores, Urquiza plantó el arma y luego dio una versión distorsionada del hecho al personal policial que confeccionó el acta. Sobre esta cuestión, también lo imputó el fiscal Covani, bajo la figura de falsedad ideológica y portación de arma civil.