Un inesperado déjà vu de la catástrofe de Salta 2141 atronó ayer por la tarde a un vecindario distante a sólo dos cuadras de allí, en Balcarce 23 bis. La última de las 3 plantas de un edificio colapsó como consecuencia de la explosión causada, a priori, por una fuga de gas en el termotanque de uno de los seis departamentos siniestrados. Los rescatistas reportaron cuatro personas heridas, dos de ellas de gravedad, y la certeza de que continuarían toda la noche buscando con sondas y perros la posibilidad de que hubiera más víctimas bajo los escombros.

Los vecinos de Balcarce y Brown escucharon el estrépito hacia las seis y media de la tarde. La fachada superior de un modesto edificio de tres plantas estalló con gran estruendo en ladrillos, revoque, hierros, vidrios y objetos varios hacia la calle. Y la lengua de fuego que acompañó la deflagración dejó su marca en las viviendas contiguas. Los dos departamentos del segundo piso, el último, desaparecieron con la voladura de la terraza y de las paredes. Se presume que allí estaban los dos hombres que sufrieron las peores consecuencias. Uno de ellos, Alejandro Bogado, de 60 años, fue rescatado desnudo y envuelto en una toalla. Una ambulancia lo trasladó urgente al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde quedó internado, sin conocimiento y con pronóstico reservado. El secretario de Salud Pública municipal, Leonardo Caruana, indicó que el hombre tiene el 60 por ciento del cuerpo con quemaduras. El otro herido que fue internado, en un sanatorio privado, es Fabián Robledo, que salió expulsado por la explosión y como consecuencia sufrió traumatismos diversos. Su estado no era grave. Otros dos vecinos fueron atendidos por personal del Sies en el lugar de los hechos. Y además, una mujer, embarazada, sufrió contusiones leves y se retiró por sus medios. Iba a bordo de un auto que pasó justo frente al edificio en el momento de la explosión, y recibió el impacto de la mampostería deflagrada.

Una cuadrilla de Litoral Gas llegó en unos minutos y de inmediato cortó el suministro de gas en esas cuadras. Otra de la EPE hizo lo mismo con la energía, aunque sólo para la manzana donde ocurrió el siniestro.

Los restos del segundo piso se derrumbaron sobre una vieja casona lindera que se encuentra deshabitada, indicó Gonzalo Ratner, de Defensa Civil. El funcionario dio casi por sentado que el origen de la explosión se debió a una fuga de gas, probablemente desde un termotanque.

Diversas dotaciones de Bomberos Zapadores, Central de Operaciones de Emergencias Municipal, y Sies trabajaban al cierre de esta edición con prudencia entre los escombros, ante la probabilidad de que hubiera sobrevivientes o víctimas fatales ocultas. "Nosotros seguimos trabajando bajo la hipótesis de que puede haber más personas por rescatar, así que continuaremos buscando toda la noche con una sonda entre los escombros y el material deflagrado", dijo el director de Protección Civil provincial, Marcos Escajadillo.

En la verdulería que está a la vuelta de la esquina, y cuyo fondo conecta con el inmueble siniestrado, se asombraban por la dimensión del estallido, y la relación con lo ocurrido en agosto de 2013, en Salta 2141 fue inevitable. "No fue tan grave como aquello, pero el ruido igual nos hizo saltar a todos -relató José-. Corrí a la esquina a ver qué había pasado y lo vi al Bocha con una toalla, que se lo llevaron en ambulancia, y alcancé a sacar a una nenita que sería de los departamentos de abajo. Es increíble que nos vuelva a pasar lo mismo, y la culpa es la de siempre: las malas instalaciones, la falta de mantenimiento. Así pasan estas desgracias",concluyó.