Andrés Soza Bernard, de 31 años, fue detenido la noche del jueves acusado de ser el autor del asesinato de Fabricio Zulatto, el joven de 21 años cuyo cuerpo apareció en un pozo en Empalme Graneros. El detenido aparece en el video de la cámara de seguridad de Suipacha al 700, dejando estacionado el auto de su víctima, un Gold Trend negro. Lo hizo a solo dos cuadras de su casa: ayer la Policía Federal allanó un departamento de Santa Fe y Vera Mujica, donde encontraron algunas ropas manchadas con sangre. La misma fuerza lo había detenido la noche del miércoles en la casa de sus padres, en Nicaragua y White. La propiedad resultó conocida para los reporteros locales: rápidamente se ligó este crimen con otro brutal ocurrido en agosto de 2008. Es que este "matador" de Zulatto, había sido también la mano ejecutora de Gabriela Nuñez, una adolescente con quien había mantenido una relación sentimental, y a quien -al igual que Zulatto- la asesinó un un disparo en su cabeza, en San Juan y Sucre. El detenido estaba en libertad condicional desde octubre de 2015, luego de haber sido condenado en 2010 a 13 años de prisión.

El fiscal jefe de la Unidad de Homicidios, Adrián Spelta, reveló ayer que Soza Bernard es "una persona que reacciona violentamente por muy poco", y había tenido una discusión con Zulatto, y que tras ello le advirtió a sus amigos que iba a matarlo. El fiscal reconoció que Andrés había decidido matar al joven alrededor de un mes antes, luego de una discusión entre ambos por asuntos vinculados al comercio de drogas al menudeo. Y que se lo había advertido a amigos de la víctima en unos mensajes de texto intercambiados por teléfono celular.

Sobre el mediodía, la Policía Federal también allanó una casa en avenida del Rosario al 3100, donde reside Carolina, la novia de Soza Bernard. Los agentes hallaron ocultos en el interior de una computadora una bolsita de nylon con chips de teléfono celular, que fueron secuestradas ante la posibilidad de que tengan relación con el crimen de Zulatto.

Spelta blanqueó que "la relación entre Fabricio, algunos amigos suyos y este hombre consistía en que éste les vendía estupefacientes al menudeo. Ellos lo contactaban telefónicamente y él les proveía estupefacientes a cambio de dinero". "Es lo que manifiestan los amigos de Fabricio", narró el fiscal.

Esa relación había surgido alrededor de dos meses antes. No obstante, fue tiempo suficiente como para que Zulatto y Soza Bernard mantuvieran un vínculo de confianza como para que el pasado martes 9, éste se hiciera llevar por Fabricio en su auto hasta el bunker de Génova al 2100, donde finalmente fue golpeado en la cabeza y rematado con tres disparos, para luego ser sepultado en la letrina de la casilla. "Ya en otra ocasión había ido con un amigo por una cuestión de comercio de estupefacientes", contó Spelta.

El encargado de la investigación penal reveló que la declaración del cartonero José Luis Gómez, demorado y luego liberado, apuntó que "esto había sido planeado tiempo atrás, coincidentemente con la discusión que habían tenido (Soza y Zulatto).

Soza Bernard fue la última persona a la que Zulatto llamó. Spelta reveló la existencia de informes de una empresa de telefonía celular que refieren un llamado del teléfono de la víctima al presunto instigador a las 13.40 de ese fatídico martes. Y añade que el chip de ese teléfono fue extraído y destruido a las cinco de la tarde, cuando ya Zulatto había sido asesinado. El detenido será imputado hoy como coautor del homicidio. Por el caso ya estaba con prisión preventiva Omar "Pilo" Motier.