Martes, 24 de octubre de 2006 | Hoy
CIUDAD › SU PADRE, DE 89 AÑOS, IBA A CASARSE EN EL PAMI
Estaba el juez. También había cuatro testigos. La novia y el novio. Hasta un lugar poco frecuente para contraer matrimonio: el Pami II. Sin embargo, el enlace no pudo concretarse: la hija del novio, un anciano de 89 años que está internado desde veinte días en el policlínico de la zona norte, denunció a los gritos que la mujer (de unos 50 años) se estaba aprovechando del estado terminal de su padre, para sacarle cierto rédito económico. La pelea, en la concurrida habitación 305 fue tal, que debió intervenir el Comando Radioeléctrico. La novela no terminó allí: dos nietas del jubilado se quedaron en el centro asistencial montando guardia, mientras que la fallida esposa prometió volver para jurar amor eterno.
El hecho ocurrió ayer, a media mañana en el policlínico de zona norte donde desde hace tres semanas está internado Nicolás Valentino Román, de 89 años, quien padece de una infección pulmonar terminal y que además está ciego. Se presentó allí Mariela Mabel Martínez, de unos 50 años, la presunta novia, acompañada del juez Darío Blanco, de la delegación del Registro Civil que funciona en el Centro Municipal Distrito Norte "Villa Hortensia", quien debía legalizar el matrimonio.
La llegada de una hija del anciano, María del Carmen Román, de 53 años, que no estaba anoticiada de los planes nupciales de su padre, impidió que la boda se concretara, lo que generó un pequeño escándalo que obligó a las autoridades del Pami II a requerir la presencia policial.
El subjefe del Comando Radioeléctrico, Héctor Gamboa, confirmó a Radio Dos que un móvil de esa repartición llegó hasta el lugar del incidente para garantizar la calma propia de un hospital. "No hubo resistencia de ninguno de los involucrados y al no haberse registrado delito ni falta alguna, el personal policial se retiró del lugar", precisó Gamboa.
En las próximas se conocerá si el informe médico forense declara apto al anciano para casarse o no. La propia hija comentó: "Mi papá con frecuencia se pierde y está ciego. Por eso que se quieren aprovechar de él". Según se pudo establecer, don Nicolás es un jubilado ferroviario y como tal percibe mensualmente cerca de mil pesos. Al no poder movilizarse, su haber lo cobra un apoderado por él designado. Tiene una propiedad a su nombre, declarada bien de familia ubicada en calle Gascón.
La investigación del caso está a cargo de personal de la comisaría 9ª que deberá determinar qué grado de participación tuvo en la frustrada boda un enfermero del lugar quien iba a ser uno de los testigos del casamiento. Al parecer el enfermero fue quien presentó a los "novios".
Los cuatro testigos y la esposa fallida prometieron volver para concretar el casamiento. Dos nietas de Nicolás se quedaron en el Pami II montando guardia para evitarlo. La policía confirmó que volverá al policlínico en caso de registrarse nuevamente incidentes ya que estaría violándose un artículo del Código de Faltas.
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