Las irregularidades que caracterizan su administración vaticinaban el temido final para Ñuls. Ayer la Justicia le decretó la quiebra al club leproso, quedando a las puertas del fideicomiso si Eduardo López se niega a abonar 1.880.000 pesos que le reclama un acreedor. El destino institucional del parque Independencia está en manos del mandamás rojinegro, que tendrá tiempo hasta el próximo viernes para abonar la deuda y revertir así la resolución. El fallo de la Sala III de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, reconoce además la existencia de otros seis pedidos de quiebra a la espera de una definición. Este nuevo revés judicial de López surge semanas después del fallecimiento del juez Rodolfo Bruch, quien estuvo a cargo de la convocatoria de la entidad y oportunamente había rechazado el pedido de quiebra al que ayer le dieron curso los doctores María del Carmen Alvarez, Néstor Pedro Sagües y José Humberto Donati.

Con la muerte de Bruch, que supo estar a cargo del juzgado Civil y Comercial de la 12º Nominación, desde donde llevó adelante la convocatoria de Ñuls, sugestivamente viró la suerte judicial de la entidad rojinegra. Ejemplo de ello fue la quiebra dictada ayer por la Sala III de la Cámara de Apelación, ante un pedido elevado por la firma Hotel de la Cañada Sociedad Anónima, que en primera instancia había sido desestimada por Bruch.

La Sala III no sólo contradijo la disposición del desaparecido magistrado, sino que decidió bajarle el martillo a la entidad, quedando López obligado a pagar para evitar la efectivización de la medida ordenada ayer por la Cámara.

El acreedor a quien se le dio curso su exigencia se presentó en la Justicia por no haber podido cobrar dos documentados librados por los leprosos, uno de ellos bajo firma del propio López: el primero es por 380 mil pesos y el segundo por 500 mil dólares.

En su fallo los magistrados dejan constancia de la "cesación de pagos" en la que se encuentra la entidad, de su presumible carácter de "insolvente", de su "calificación crediticia nivel 4" ante el Banco Central de la República Argentina, con su consecuente nómina de cheques rechazados emitidos por la institución. Esta grave situación financiera de Ñuls es producto de una política distintiva de López: no pagar, al menos hasta que la Justicia diga lo contrario.

Pero la dirigencia de Ñuls aún está a tiempo de salvar a la entidad de la pérdida de su autonomía administrativa. Claro que para eso deberá pagarle a la firma que verificó 1.880.000 de deuda por pagarés cedidos que no fueron cubiertos. Pero en la Justicia los acreedores hacen cola para cobrarle a Ñuls. Con el fallo de ayer emitido por los camaristas Alvarez, Sagües y Donati las autoridades leprosas verán debilitadas su estrategia de apelar y anular cada petición o resolución que perjudique sus intereses. Por ejemplo, la firma uruguaya Relistar Corp Sociedad Anónima aguarda por el cobro de 500 mil dólares para los próximos días.

Aunque López también puede apelar el fallo conocido por la Sala III. En este caso, la instancia quedará en manos de la Corte provincial. Pero en el parque Independencia asumen que esta estrategia tendría escasas chances de éxito, por lo cual el presidente del club se dispondrá a saldar la millonaria deuda.

Ahora bien, si Ñuls apela el fallo de ayer y en la instancia superior luego encuentra un nuevo tropiezo judicial, la entidad leprosa quedará en las puertas del fideicomiso, escenario que terminaría de arrebatar a los socios rojinegros la posibilidad de recuperar la administración de la institución, como se intenta desde hace siete años por medio de elecciones fallidas.

Para López los trastornos judiciales comenzaron en agosto último, cuando la Justicia Federal dictó su procesamiento por evasión impositiva, se extendieron en febrero con el sobreseimiento de los directivos opositores acusados de presentar supuestos avales truchos en la frustradas elecciones de 2004 y continuó ayer con la quiebra de la entidad. Además está pendiente de resolución un pedido de intervención de Ñuls por parte de Fiscalía de Estado.