"A Néstor S. lo mató el sistema que incluye la negligencia y la desaprensión, no se trató de ninguna cuestión accidental. El mismo Estado que lo encierra como medida tutelar porque está en una situación de riesgo y puede poner en riesgo a un tercero lo entrega muerto a su familia". La voz de una fuente del Poder Judicial sonó angustiada cuando habló de la muerte del chico de 17 años -los había cumplido en enero último- que había llegado hasta el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria después de pasar por el HECA y ser sacado con el cuerpo quemado en un 80 por ciento de una celda del IRAR ubicada en pabellón A adonde había manifestado especialmente que no quería ir por problemas de convivencia. A Néstor que vivía en calle Cullen al 1.500 y estaba imputado por el asesinato del joven Luciano Drovandi en julio del año pasado, volvieron a deternerlo el martes a la noche y el juez de menores Nº 2 Leandro Artigas ordenó que lo llevaran a la seccional 1ª, ya que se había escapado del Instituto de Rehabilitación tiempo atrás. El médico forense constató el miércoles pasado que estaba bien pero fue sacado de la comisaría sin orden judicial "por decisión de la Dirección de Menores en Conflicto con la Ley Penal" dijo la misma fuente. Justamente la titular del área Elba Ballore dijo ayer a este diario que se está trabajando "pero queda mucho por hacer" y que el IRAR "no está en un 100 por ciento en condiciones", una respuesta que se correspondió más con la producción de un raspón de rodilla que con la muerte de un menor. Ballore aseguró además que ella no ordenó el traslado desde la seccional policial "y que habría sido el equipo de diagnóstico" el que lo hizo.

En buena parte del convencimiento de la población puede caber la conclusión de que "bueno, después de todo era un homicida", imputado nada menos de haber dado muerte al joven Luciano Drovandi en Pellegrini y Provincias Unidas para robarle su moto. La verborragia de quienes se quejan porque "los menores entran por una puerta y salen por otra" corresponde al pragmatismo que no suele ser sólo de una clase media sin esfuerzo de imaginación sino que también atraviesa a quienes son parte de los mismos sectores de donde salen los futuros chicos que se alojarán en el IRAR.

"En la muerte de Néstor es el Estado el único y directo responsable", dijo Antonio Tesolini de la Coordinadora de Trabajo Carcelario que recordó que se violan todas las normas, las de Beijing, las de Tokio

la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la Ley de

Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes 26.061 reglamentada un año atrás.

El IRAR es de manera recurrente motivo de denuncias por las condiciones infrahumanas de detención. La mayoría de las opiniones coinciden es que es lo más parecido a una cárcel y visitas especiales como la del Colectivo Infancia y la del Programa Antiimpunidad del Ministerio de Justicia de la Nación lo han constatado a través de visitas y plasmado luego en informes. Pero todo vuelve a empezar. La Justicia emplaza la corrección de la desastrosa infraestructura y los arreglos se hacen de tal manera que vuelven a producirse las fallas. Lo señaló la Defensoría del Pueblo y la Coordinadora de Trabajo Carcelario.

Tesolini dijo que cuando Néstor fue llevado al IRAR el miércoles pasado, estuvo en el sector de admisión y dijo que no quería ir al pabellón A "por problemas de convivencia". Pero fue llevado contra su voluntad. "Es inadmisible que en un lugar donde sólo hay 30 chicos no puedan garantizar ni la integridad física ni la vida de esas personas". Tesolini se interrogó acerca de qué hizo el personal cuando vio el humo y desde la Justicia se recuerda que se tardó desde las 23.30 a la 1 de la madrugada del jueves en llegar al HECA cuando el chico tenía el 80 por ciento del cuerpo quemado.

Mientras tanto el Centro de Atención a la Víctima de la Defensoría del Pueblo también expresó que el abogado Gustavo Lorenzo y la psicóloga Fernanda Facchiano realizaron un informe en el que destacan la decadencia de la estructura edilicia, la precaria situación laboral del personal, y especialmente las condiciones inhumanas a las que están expuestos los internos del IRAR. También confirmaron como ya lo habían denunciado los trabajadores que ayer marcharon hasta la sede local de la Gobernación que luego de los arreglos realizados durante enero, en los pabellones A,B,C y D, varios calabozos tenían los inodoros tapados nuevamente.

También recorrió el IRAR el subsecretario de Derechos Humanos de

la provincia Alfredo Vivono, la repartición que el juez Alfredo Ivaldi Artacho nombró como enlace de que se cumplan las obras que transformen al IRAR en un sitio habitable y digno.