Los 34 trabajadores despedidos de la automotriz General Motors y los representantes de la patronal se reunieron ayer en un intento por destrabar el conflicto. Tras el prolongado encuentro las partes no lograron ponerse de acuerdo y el sindicato que agrupa a los empleados del sector (Smata) anunció para hoy a primera hora la realización de una asamblea en la planta ubicada en la localidad de Alvear donde se definirá la modalidad del plan de lucha a seguir.

El cónclave arrancó en la delegación local de la Secretaría de Trabajo. Allí los negociadores de la General Motors pidieron pasar a un cuarto intermedio y continuar negociando en un hotel céntrico.

"El encuentro fue totalmente negativo, la empresa siguió firme en su postura de no reincorporar a los compañeros y no dió marcha atrás", expresó Marcelo Barros, secretario general de (Smata). La empresa había argumentado días atrás que la decisión se adoptó en el marco de "una reacomodación de funciones dentro de la planta".

Según Barros, la intención de los empleadores era "sellar un acuerdo con plata (a través del pago de las indemnizaciones correspondientes a los trabajadores despedidos). Nosotros no queremos eso, queremos seguir manteniendo las fuentes de trabajo de los compañeros".

Desde el gremio aclararon que los trabajadores despedidos tienen una antigüedad de entre 5 y 8 años, y forman parte de planta permanente.

A mediados de año la multinacional había anunciado la suspensión de uno de sus turnos de producción, decisión que iba a implicar dejar en la calle a alrededor de 320 trabajadores contratados.

En mayo, General Motors prorrogó por cuatro meses ese turno. En agosto finalmente lo suspendió, alegando variables macroeconómicas propias de una empresa multinacional que exporta gran parte de su producción. Desde la patronal se informó oportunamente que la mayoría de los empleados transitorios iban a continuar desempeñándose en la planta de Alvear.