Superti opinó ayer sobre el caso del panadero que mató a balazos a sus dos asaltantes. "Una cosa es la legítima defensa y otra la justicia por mano propia: el límite lo da el estado de peligro. Si una persona se ve agredida y se defiende durante su agresión y lo hace de manera razonable considerando la forma en que es agredida, está dentro de la legítima defensa, y su conducta está justificada. Pero si cesó el peligro, y dos días después por ejemplo, encuentra a su agresor y quiere justicieramente castigarlo por lo que le hizo y lo mata, eso es justicia por mano propia y es un delito, tan delito como el que quiso reprimir. En un estado de derecho la sanción del delito la monopoliza el Estado, y es quien debe raccionar ante los delitos porque a veces la ausencia de respuesta adecuada frente a los delitos genera la tentación a la justicia por mano propia".

--¿Le parece que en la provincia de Santa Fe estamos viviendo este clima?

--Si no se trabaja con mucho cuidado, podemos terminar viendo al ingeniero Santos como una paradigma. Advierto con preocupación esas acciones de linchamiento popular, pero esta forma de reacción por fuera del sistema judicial es riesgosa. Por eso estamos diseñando un sistema de persecución penal que sea respetuoso de los derechos humanos pero también eficaz. En esto se basa la tranquilidad de la gente que ve que el Estado está reaccioando.