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Un verano Marcelo Krass, uno de los hermanos de Gilberto que vive desde siempre en Buenos Aires y con quien Gilberto tiene una afinidad especial quizás porque siempre estuvieron muy unidos por sus actividades y militancia Marcelo fue actor, director de teatro, productor de espectáculos, tuvo galerías de arte, además de poseer una personalidad descollante, histriónica, atrapante y seductora , había comprado un hotel en Villa Gesell, se llamaba Hotel Pipach, construido exactamente sobre un médano frente al mar.

Actualmente es un centro cultural, conserva el mismo nombre y fue declarado Patrimonio Histórico Cultural por el Concejo Deliberante en el año 2002. De un peculiar estilo arquitectónico, es el único de estas características construido en la década del 50. Vale la aclaración de que en aquel momento la edificación de Villa Gesell y todos "los adjetivos" que tiene hoy ese edificio no eran los mismos. En aquél momento Gesell apenas estaba poblado y "el Pipach" era lo único y extraño que sobresalía entre los médanos enormes que había y la playa interminable que se extendía hacia todos los puntos cardinales.

Esa temporada el hotel no estuvo habilitado para los turistas, entonces Marcelo invitó a los Krass con sus familias respectivas, a nosotros y a algunos amigos más a pasar las vacaciones allí. Fue una de las mejores vacaciones de mi vida. No había conserjes, ni servicios de hotelería, ni nada, sólo nosotros, las ganas de compartir y la magia que se generaba y se multiplicaba. Llegamos a ser entre 40 y 50 personas, nos organizamos, nos divertimos, recibimos invitados, recuerdo que Saulo Benavente, el gran escenógrafo, pintor y vestuarista del teatro Cervantes y del Colón, también se animó a la aventura y participó en las tardes de playa y en las noches de teatro casi obligado, que improvisábamos.

Después de ese verano, Marcelo al poco tiempo vendió el hotel. Me pregunto si no lo habrá comprado solamente para saborear el encanto y el placer de sentirse íntegro y vivo entre amigos.