María Eugenia Bielsa dijo desconocer el acuerdo que habrían tejido a sus espaldas buena parte de quienes la acompañarán en la bancada justicialista, y se abstuvo de opinar sobre conjeturas. Pero advirtió: "El peronista que vote a Rubeo estará votando al (candidato del) socialismo para presidir la Cámara de Diputados".

La candidata que encabezó la lista justicialista para Diputados admitió que no fue invitada a la reunión que el miércoles pasado celebraron en Granadero Baigorria unos cuarenta dirigentes del Frente para la Victoria. Allí es donde se habría sellado el pacto para quitarle a la concejala lo que hasta ahora nadie le discutía en público: su derecho a presidir la Cámara, en virtud de haber traccionado los 580.000 votos con los que el PJ venció a la lista del Frente Progresista. Por eso, Bielsa conserva los archivos.

El líder del FpV en la provincia, Agustín Rossi, declaró su intención de que el PJ no se desgaste en una interna y afirmó que María Eugenia Bielsa "es la que está en mejor condición" para reemplazar a Eduardo Di Pollina. Nadie resiste un archivo, dirá la arquitecta, a la espera de que sus compañeros sean consecuentes. Pero eso --ella lo sabe-- es una cualidad que no siempre talla en el juego de la política.