Raúl Frutos no llegó a ver los bienes restituidos, pero sí volvió a ser vicepresidente de la Biblioteca Vigil, esa experiencia popular del barrio La Tablada de la que fue uno de sus pilares. Murió ayer a la madrugada, a los 69 años. A fin del año pasado, su compañera Cristina falleció y él fue sumando problemas de salud. Era un hombre íntegro, un enamorado de los libros y de las experiencias colectivas.

Bibliotecario de raza, el 13 de septiembre pasado lo distinguieron en la Biblioteca Nacional, con un galardón que le entregó el director de la institución, Horacio González. Durante años Raúl tuvo su propia librería, pero la actividad comercial no era lo de él.

Raúl Frutos estaba a cargo de la Biblioteca el 25 de febrero de 1977, cuando la patota de Agustín Feced irrumpió para la intervención militar. Después, estuvo nueve meses secuestrado en el Servicio de Informaciones, donde fue torturado por haberse atrevido a generar una experiencia inédita de cultura popular.