Domingo, 11 de junio de 2006 | Hoy
SANTA FE
El método alternativo a la extracción de sangre fue utilizado para identificar a la hija de militantes políticos que desaparecieron durante la dictadura en un caso que tuvo resonancia pública esta semana. La joven es la nieta número 83 que las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron en su lucha por restituir a sus verdaderas familias a los niños nacidos durante el cautiverio de sus padres. Se trata de la hija de María Elena Corvalán y Mario César Suárez Nelson que nació en el centro clandestino de detención "La Cacha", en las afueras de la ciudad de La Plata, en 1977. La investigación demandó 20 años.
El 31 de agosto de 2005, el juez federal de La Plata, Arnaldo Corazza, ordenó el examen de ADN a petición de las Abuelas de Plaza de Mayo. Al día siguiente, se recogieron objetos personales del domicilio de la joven en La Plata, a fin de extraer muestras de ADN para realizar la pericia. "El juez determinó un allanamiento en la casa de la chica, donde se tomaron muestras de saliva del cepillo de dientes, de piel a través de la ropa y de cabellos de un peine", relató la presidenta de Abuelas, Estela Carlotto.
"Es la primera vez que se logra determinar la identidad de un hijo de desaparecidos a través de una medida judicial alternativa a la extracción de sangre. Esta vía se constituye en una herramienta válida para aliviar a los jóvenes del peso de la decisión a someterse a este tipo de análisis e igualmente respetar el derecho de los familiares, las Abuelas y la sociedad de conocer su verdadera identidad", agregó.
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