Durante la investigación, Facundo Corvalán observó qué es un niño sano o enfermo para los distintos grupos y sectores sociales. En este marco, el investigador contó que en los sectores sociales económicamente desfavorecidos el niño se encarna a un perfil de salud en tanto cumpla con los requisitos biomédicos de talla y peso. En el sector de muy buenas condiciones de vida, el niño presenta salud al estar habilitado a utilizar sus múltiples potencialidades. "Estas van más allá de lo biológico y en muchos casos se centran en la capacidad de ser en un futuro un hombre exitoso; los maestros sostienen distintas expectativas en los diferentes sectores sociales, las mismas van desde una posición asistencialista a una exigencia de construir un futuro empresario. Los profesionales de salud, si bien muchos trabajan en ambos sectores sociales, perciben las dificultades de generar prácticas similares ante los diferentes contextos. Los lugares físicos de las prácticas reflejan esta enorme disparidad", planteó el investigador.