"Cuando hay un relato de violencia por parte de mujeres o niñas y niños debe ser tomado en serio y esto no es banal. Porque no solamente no son creídos sino que se utiliza un sistema muy perverso y falso que es el llamado Síndrome de Alienación Parental (SAP), la idea de que las mujeres pueden estar instruyendo a sus hijos en contra de sus padres para mentir para sacar alguna ventaja en términos de divorcio o reparto de bienes o para lograr tener la tutela de sus hijos. Esto es abyecto, no debería tolerarse que la Justicia siga utilizando algo que es inexistente desde el punto de vista terapéutico como es el Síndrome de Alienación Parental. No debería aceptarse que la Justicia envíe a revinculación a agresores con sus víctimas, a abusadores con sus víctimas, y que haya profesionales que lucran hablando de revincular a sujetos que están en una relación de violencia. A nadie se le ocurriría revincular a un torturador con su torturado. Sin embargo, ocurre cuando los torturados, violentados y abusados son mujeres y niños porque está naturalizada la agresión, el disciplinamiento y la propiedad que un varón agresor tiene sobre su mujer y sus hijos".