Gabriel Omar es hermano de Claudia Omar y está parado frente al edificio de calle Balcarce 742, al igual que hace 30 años. Detrás suyo -sobre una de las paredes del Normal 2- hay una placa cerámica recién colocada que recuerda cuatro nombres de "militantes Montoneros de la Juventud de Trabajadores Peronistas: María Cristina Lucchesi, Ana Maria Drago, y Daniel Hugo Cambas". Y agrega:" Murieron para que la patria viva".

Gabriel llegó con su esposa, se paró en la misma vereda que hace 30 años y se encontró con una compañera de la escuela primaria de Claudia, que se quedó con una regalo para su amiga, que nunca pudo entregar. "La noche del 30 de diciembre había tenido una cena y llegué tarde a casa, que estaba muy cerca de acá. Al otro día mi madre me preguntó si había escuchado un tiroteo en el centro. Evidentemente lo negué, y pasé todo el 31 de diciembre sin noticias. Con mi hermana no nos habíamos visto desde al noche del 24, por cuestiones de seguridad, según habíamos quedado. Así que el 1º de enero vine a visitarla sin tener idea de lo que había pasado, y me detuvieron", recuerda ante Rosario/12.

"Había un policía de civil que me preguntó donde iba y cuando le dije al octavo D, desenfundó su arma, me sacó afuera y estuvo apuntándome hasta que vino a buscarle un celular. Terminé detenido dos meses en el Servicio de Informaciones, hasta que después de interrogarme, sin torturas, entendieron que no tenía nada que ver con el tema. En verdad tuve suerte porque era el 1º de enero y no estaba la patota completa, solo Feced, ante quien me llevaron tabicado", recuerda Gabriel.

De todos modos, rememora hoy, "tenía miedo de hablar y decir algo porque hasta en ese momento pensaba que mi hermana podía estar detenida ahí y temía que pudiera decirles algo que la perjudicara. Es más, en uno los interrogatorios el propio Feced me preguntó si yo no sabía que a mi hermana la había tirado el macho por la ventana. Pero después me dijeron que estaba detenida y lo creí".

Sin embargo, casi por causalidad, se enteró de la noticia. "Me tocó estar seis días frente a la sala de torturas donde ponían la radio fuerte. Así que una vez escuché que a mi hermana la habían matado. Eso habrá sido el 3 o 4 de enero, y desde ese momento quise reconstruir lo que había pasado, y lo hice en base de lo que me dijeron, un poco de lo que me imaginé y de lo que suponía".

Lo cierto es que Gabriel conoce bien ese departamento del 8º piso de Balcarce 742 porque fue él mismo quien firmó el contrato de alquiler. "Venía y jugaba con Cristian (Horton), tenía una buena relación con él, pasaba a verlo después del trabajo. Salvo esos días en que mi hermana me pedía que no lo hiciera. Por eso me llamó la atención los dos hombres que fueron muertos en el departamento, porque no vivían acá. Originalmente lo alquilé en setiembre de 1976 para Teresa y Claudia, después se sumó Cristina y Cristian, que venían huyendo de casa en casa".

"La mataron embarazada de 8 meses y medio el 31 de diciembre de 1976, pero me gusta recordarla como lo hizo Sonia, hoy, una amiga de su infancia, su compañera de grado que aun guarda cartas de esa época. Me gusta recordarla viva", confiesa Gabriel.