Entre las pocas propuestas estrenadas este año, podemos destacar Criadas para nada de la "Compañía Teatral El Eslabón Perdido", dirigida por Cristina Carozza, una propuesta donde el clásico de Genet, Las Criadas dialoga con La Moribunda de Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese y se transforma en un nuevo texto escrito por Laura Bruzzo. Es uno de esos productos donde se produce un acercamiento no muy frecuente entre el espectador informado como aquel que no necesariamente debe conocer los códigos de las nuevas poéticas, recibiendo todos una porción sabrosa de un producto que invariablemente los hará divertir sin dejar de adentrarse en una temática perturbadora.

Otro aspecto que destacamos en el análisis de algunas de las obras del año pasado es la "consolidación de un fenómeno que se manifiesta en la mirada cada vez más política que vienen adoptando en sus propuestas los integrantes de las nuevas generaciones de teatristas". Como ejemplos podemos citar La Sociedad Secreta revolucionaria y Los visitantes de pescados, ambas dirigidas por Matías Martínez quien volvió a demostrar su capacidad para la escritura dramática y su apuesta por revitalizar la memoria a partir de las heridas abiertas que hoy siguen sangrando.

Dentro de esta línea de un teatro comprometido con lo político, Leonel Giacometto, dramaturgo rosarino que en pocos años logró concitar el interés de más de un director local, tuvo un protagonismo importante en la presente temporada.

Coautor junto a Claudia Cantero de la dramaturgia de la obra De nuevo la furia, fue elegido nuevamente por el grupo "Fe De Ratas" que anteriormente había puesto en escena Santa Eulalia, obra escrita con Patricia Súarez, para poner en escena Arritmia, con dirección de Ignacio Mansilla.

Finalmente, uno de los últimos trabajos de Giacometto, Madagascar, se estrenó en los últimos meses del año pasado bajo la dirección de Pablo Fossa.

Siempre dentro de esta línea de una relectura del pasado histórico donde el peronismo aparece como protagonista, pudo verse Esta vez sí del Grupo "A La vejez viruela" dirigido por Gonzalo Ponzio. Con el aval de una impactante presentación en la Sala de La Cooperación de Buenos Aires, de la mano de Osvaldo Bayer, uno de los grupos más consecuentes con la línea del teatro político, "La Comedia de Hacer Arte" reflotó sus obras Patagonia y olvido y Una de morenos.

Uno de los directores que ha generado un polo de atracción para muchos actores de la ciudad que ven en su método de trabajo una herramienta para ejercitar la dramaturgia del actor, volvió a ubicarse entre los más creativos y reconocidos también fuera de Rosario. Juan Hessel (Almas Fatales, Naturaleza Muerta) estrenó Territorio falso, un producto de alto riesgo con sorprendentes actuaciones que fue invitado a la ciudad de Santa Fe para participar del "III Argentino de Teatro", organizado por la Universidad Nacional del Litoral y participó de la última Fiesta Regional de Teatro en la ciudad de Córdoba representando a Santa Fe.

El actor y director Ricardo Arias pasó a ser otro de los preferidos por dos grupos de actrices con diferentes experiencias que pusieron a su disposición materiales de alto voltaje dramático. La reposición de Morir, morir, de notable participación en el "Experimenta 8", fue una inteligente transcripción a escena por parte de Arias, de una propuesta de las integrantes del Grupo "Ruega por Nosotras". El mismo proceso de trabajo se puede rastrear en Como la Gioconda, en donde Elena Guillen escribe con su propio cuerpo un recorrido dramático coordinado y resignificado por la lectura de Arias.

Sobre el final del año y con muy pocas funciones pudo verse DQ/El señor de la Mancha, escrito y dirigido por Víctor Zenobi con motivo de cumplirse los 400 años del nacimiento de "El Quijote de La Mancha".

Como síntesis del análisis que hacíamos con respecto al rol de los organismos oficiales y la posibilidad de generar espacios de apoyo para la difusión de un teatro que necesita del reconocimiento del espectador, podríamos citar el espectáculo Los payasos Muertos, dirigido por Adrián Giampani. Una producción importante con un elenco considerable de actores que se permite estrenar en una Sala del nivel de Empleados de Comercio y que propone un espectáculo que recupera lo más genuino de la tradición del clown. Una puesta que puede ser disfrutada no sólo por el público adulto, sino también por los niños, un trabajo de experimentación que no cierra códigos de interpretación y que se convierte a su vez en un entretenimiento que se disfruta desde diferentes niveles de percepción.

Es imposible que este producto pueda sin apoyo publicitario subsistir una temporada, a pesar de que trabajó siempre a sala llena y que contó con el aval del público y de la crítica. También es muy difícil que pueda viajar a algún Festival de teatro a pesar de ser invitado y sería muy interesante que en otras plazas se conozca un producto que es la síntesis de años de trabajo del emblemático "Ejército Popular de Payasos".

Hay otras instituciones que entienden el lugar de importancia que ocupa el teatro en la comunidad y apoyan con su auspicio el desarrollo de un proyecto tan ambicioso como el generado por el Teatro de la Universidad, creado y dirigido por el docente Aldo Pricco. La comedia El soldado fanfarrón de Plauto y la tragedia Troyanas de Eurípides fueron las ambiciosas puestas en escena producidas con el aval de la Universidad Nacional de Rosario.