Desde Santa Fe

Una barra con camisetas y banderas del PJ rosarino logró ayer lo que el aparato del partido oficial no pudo el año pasado: Ahogar una protesta de trabajadores del Banco de Santa Fe que pasaron a la provincia hace ya una década y que aún reclaman por sus derechos. Fue patético ver cómo los visitantes desplazaron la manifestación de los bancarios a empujones, insultos y amenazas y hasta le robaron una de sus banderas: "Basta de discriminar a los bancarios transferidos", decía el trapo que después se exhibió como trofeo de tribuna, junto a un bombo del salaíto: Argentino de Rosario. Todo, ante la impasible mirada de la policía y del subsecretario de Seguridad Pública, Gustavo Peters.

Los bancarios habían llegado muy temprano a la plaza de la Legislatura, donde levantaron sus demandas. "Señores legisladores: no al veto", se podía leer en uno de los carteles. La protesta se explica: el Senado debe tratar el veto del gobernador Obeid a la ley 12.465 que fue sancionada por unanimidad por ambas Cámaras a fines del año pasado. Ayer el Senado volvió a esquivar al asunto.

A media mañana, la plaza estaba casi vacía, con los bancarios en el centro y muy pocos militantes del PJ diseminados por los alrededores. Una cuerda y una línea de policías separaba a los manifestantes del ingreso a la Legislatura. Hasta que alrededor de las 10.30, una columna de Rosario ingresó a la plaza por el centro y comenzó echar a los bancarios a empujones, insultos y algún golpe. "¡Manga de ñoquis, váyanse de acá! ¡Nosotros venimos a apoyar al gobierno porque es el mejor!", los apuró uno de los visitantes, fuera de sí. Parecía uno de los líderes porque era el que más gritaba.

Cuatro mujeres bancarias avanzaron unos metros para ponerse a salvo de la intimidación y los manotazos. La línea de policías quedó entonces entre ellas y los matones. Aún conservaban su bandera, pero ya sin desplegar. Hasta que una segunda línea de uniformes les volvió a cerrar el paso y así quedaron en el medio de un círculo de veinte policías armados. Cuatro mujeres cercadas por veinte policías, de un lado y del otro, la amenaza de la barra brava. "¡Hijas de puta, váyanse de acá!", seguía insultando el gritón.

"Los bancarios transferidos estábamos acá sin ningún problema, sin hacer líos, porque jamás fuimos agresivos. Siempre vinimos a manifestarnos con carteles y nada más. Todo el año estuvimos parados frente a la Legislatura de la misma forma. Pero vino toda esta gente con banderas (del PJ) y nos atropellaron para sacarnos de acá. "¿Por qué nos quieren sacar? ¿Por qué no podemos manifestar en paz?", se preguntó una de las cautivas.

-¿Les pegaron?

-Nos empujaron -contestó ella. Otra de sus compañeras agregó: "¿Y la policía, a quién defiende? ¿Nos defiende a nosotros o los defiende a ellos que vienen a patotear y hacerle propaganda al gobierno provincial?". Uno de los barras se abalanzó entonces sobre otro bancario y le arrebató la bandera entre las manos. El hombre enmudeció. "¿Qué decía esa bandera?", le preguntó un cronista. "Basta de discriminar a los bancarios transferidos", contestó.