¿Cómo le va, lector, cómo anda? ¿Festejando, celebrando, conmemorando, recordando, andando nomás? Hay muchos verbos para estas fechas, usted lo vio.

Porque por ahí usted es hincha de San Lorenzo, y entonces, más allá de los resultados de cada fin de semana, usted sabe que, además de los once que juegan, el banco de suplentes, el DT, los dirigentes, Cheek, Viggo Mortensen y Tinelli, lo tienen a Francisco. Y entre un embajador de los EE.UU., un Señor de los Anillos, el señor de los sueños, y la más alta autoridad eclesiástica, algo van a hacer. Por ejemplo, jamás se van a ir “al descenso”, porque eso sería “el infierno”. No, no va a pasar.

O puede ser que usted sea de otro equipo, o de ninguno, y esté contento porque la semana que viene es “San Feriado”. Entre la Semana Santa Cristiana y el Pesaj judío, cartón lleno. Ya que estamos, les deseamos a todos los que decidan festejar alguna de esas fiestas en familia, en procesión, reflexionando, morfando como si se viniera el Apocalipsis maya, leyendo, teniendo relaciones, psicoanalizándose, haciendo turismo, o todo eso junto, que la pasen excelentemente bien. Y a los demás, también.

O puede ser que usted tenga en su cabeza que mañana, domingo, es 24 de marzo, aniversario del Golpe Funesto. Y con toda la tristeza que implica ese recuerdo, quizá, quizá pueda celebrar que desde hace casi treinta años tenemos democracia. Al Gobierno, nos guste o no nos guste, lo elegimos nosotros. Y quizá pueda, en la plaza, en su casa, con amigos, o usted sabrá cómo, dedicar parte del día a recordar lo que pasó.

Pero también puede ser que usted no se haya recuperado aún de la tremenda sorpresa que fue, es y será, para la Argentina y el mundo, el nombramiento del cardenal Bergoglio, ahora Francisco, como papa de la Iglesia Católica.

Porque a usted la noticia le puede haber gustado, o no, pero si me dice que no lo sorprendió, yo no le creo nada. ¡Nunca hubo un papa argentino, lector! ¡Ni siquiera un sudamericano! ¡Ni qué hablar de norteamericanos! Es más, si no me equivoco, fueron todos europeos, o al menos desde hace más de mil años, lo son.

A ver, ¿su bisabuelo conoció un papa argentino?

Sólo los que estamos en 2013, el año en que los argentinos cumplimos 200 años de libertad de vientres, y en que los norteamericanos se acordaron de abolir la esclavitud en el único estado que faltaba, y que los coreanos del norte declararon que el armisticio que firmaron hace 60 años no corre más, y que Obama, el primer presidente de origen afroamericano en ser reelecto en EE.UU. asume su segundo mandato, sólo los que estamos presentes hoy, y de acá en más, sabremos que en la historia del mundo hubo, hay, un papa argentino, porteño, de Flores, de San Lorenzo.

Más allá de temas polémicos, que los hay, y muchos. Más allá de temas discutibles. Más allá de todo, ésta es una noticia. ¡Y para los humoristas, ni les cuento!

¿Para qué les voy a contar? ¡Mejor, véanlo ustedes mismos!

Hasta la semana que viene, lector.