Viernes, 30 de octubre de 2009 | Hoy
COMING OUT
Por Mariano Blatt
Hola, Ignacio, ¿vos te acordás? Fue en segundo grado, volviendo del último recreo. Estábamos de remera, o de chomba, no sé. Lo que quiero decir es que hacía calor, no teníamos buzo. Seguro que era octubre o noviembre. El maestro se llamaba Osvaldo, creo. Era uno alto, re bueno. Una vez, en tercer grado, o en primero, no sé, yo me lastimé el dedo y me acompañó a la clínica. La enfermera me preguntó el nombre y como yo hablaba medio bajito, entendió Mariana en vez de Mariano y puso eso en la ficha. Yo no la corregí, me daba vergüenza. Aparte, como usaba el pelo largo, se podía confundir tranquilamente. Y bue, Osvaldo se dio cuenta de todo pero no dijo nada. Un copado. ¿Pero vos te acordás del día que te estoy diciendo? Subimos del recreo, entramos al aula, Osvaldo todavía no había llegado. Hay una parte que no me la acuerdo bien. O sea: ¿cómo fue que terminamos tirados en el piso? ¿Vos estabas arriba mío o yo arriba tuyo? ¿Vos te acordás? Lo que me acuerdo es que estábamos ahí tirados, uno arriba del otro, y algunos chicos alrededor. Seguro estaban Martín, Pablo, Natalia, Maia, ¿te acordás de Maia? Victoria, Tomás. Qué sé yo, todos. Y empezaron a cantar "piquito, piquito, piquito". Nosotros dos éramos mejores amigos, de eso seguro te acordás. Bah, ya sé que te acordás, porque el otro día te agregué a Facebook y te pregunté si te acordabas de cuando éramos mejores amigos y me contestaste que sí, que te acordabas de cuando venías a casa y jugábamos en la compu a un jueguito de los Juegos Olímpicos. La cosa es que estábamos ahí tirados y todos los chicos diciendo "piquito, piquito", qué sé yo. Y vos me diste el beso, admití. Vos estabas arriba, ahora me acuerdo. Y me diste un beso en la boca, pero se re notaba que para vos no significaba tanto. Me diste un beso, te levantaste, re tranquilo, justo entró Osvaldo, que vio todo y nos mandó afuera del aula. Vos estabas re tranquilo. Siempre estabas re tranquilo. Obvio, los chicos lindos siempre están tranquilos. Para mí ese beso fue todo. Y estar castigado con vos afuera del aula por habernos dado un beso fue todo. ¿Te acordás? Nada, quería contarte que el otro día me invitaron del diario para que contara el día en que me di cuenta de que era gay. Fue con tu beso. Gracias. Y nada, capaz algún día volvemos a ser mejores amigos, nunca se sabe. Con o sin besos, a mí me da igual.
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