Luego de un año en que la reforma de la ley de matrimonio civil pasó por el Congreso, ingresó por el despacho de Macri y tocó la puerta de la Corte Suprema sin que nadie le abriera, el flamante, virgen y patriótico 2010 se presenta como una oportunidad única para reparar tanto error.

Es muy posible que, a la hora inevitable de ponerse a hacer balance, el futuro se vea mucho más diverso y justo que el presente. En 2009 siguen altísimos los índices mortales que causa la transfobia, la homofobia podría ganar un premio al presentismo en los medios, las lesbianas siguen siendo tan invisibles como el aire; así como también brillan por su ausencia una educación sexual atenta a la diversidad y una campaña permanente de concientización sobre el VIH. Por todo esto y mucho más, en lugar de balance, para este fin de año Soy se dedica a levantar la copa para hacer futurismo, imaginando una serie de noticias delirantes, disparatadas y no tanto, para un 2010 feliz para todxs aunque no sin poco debate –no hubo acuerdo sobre la definición de felicidad, disculpas–.

Según nuestras plumas, el año que viene sale la ley de matrimonio civil, se patenta y comercializa el útero artificial, se comercializan unos preservativos que alientan prácticas eróticas casi olvidadas, las familias lesbianas consiguen certificar cuánto amor las une, la homofobia se puede lipoaspirar, una candidata trans arrasa en las encuestas, la esquina de Pueyrredón y Santa Fe se convierte en parque temático, la telenovela queer rompe el rating y el fútbol ya no es lo que era. ¿Sería esto todo lo que queríamos?