Viernes, 15 de enero de 2010 | Hoy
A LA VISTA
Por Sonia Gonorazky
“¡Se ve, se escucha, las tortas somos muchas! , grita desaforada —una sola— y tal vez pocas, o muchas personas miran, sonríen, guiñan, pero no gritan ni murmuran. “¡Lo noto, lo escucho, los putos somos muchos!”, intenta la desaforada, y como esta iniciativa tampoco prospera, se dice a sí misma: “En el país que fueres, haz lo que vieres”. Decide guardar sus energías para más tarde.Es sábado 9 de enero de 2010, termina el 2º Festival por la Diversidad Sexual en El Bolsón, muy cerca de Bariloche, más cerca del cielo. Esta vez no llovió, como en el primero, y aún lxs atexs más recalcitrantes no pueden evitar el chiste fácil y certero de pensar que en todo este año Dios está menos librefóbico que el año pasado... ¡porque que hubo pronóstico de mal tiempo y de lluvia para estos tres días, los hubo! Pero el viento sopló y sopló y a la lluvia se llevó, y todo, todísimo, fue saliendo de mil maravillas. Al lado del anfiteatro, en la plaza principal de El Bolsón, el jueves y el viernes hubo recitales; quienes llegaban con sus instrumentos y equipos y no sabían del festival, se sumaron espontáneamente. El jueves, en simultáneo con las bandas, hubo una intervención artística maravillosa —que la cronista no pudo retratar por falta de memoria y batería en su cámara—; en el suelo, sobre la vereda de lajas, se tendió un pizarrón de papel de cuatro metros; en un extremo las tizas de colores, la invitación y las consignas (para seguir o no, cada cual puede hacer siempre lo que quiere... ¿o no?). El pizarrón se llenó enseguida... ¡pero la vereda tiene varios kilómetros! Así que de inmediato la fuimos ocupando con nuestros dibujos y nuestros mensajes... No todxs, claro, porque si todo el mundo supiera que una vereda al lado de un pizarrón pintado pide en silenciosos gritos ser también pintada, entonces la vida sería un festival y la palabra diversidad –cree esta poco humilde cronista– no aplicaría de ningún modo a las personas del mismo o de los dos o tres o 25 mil deseos (quien prefiera, puede leer “sexo” donde dice “deseo”).
Después, a la nochecita, inauguró la muestra de arte en un espacio hermoso que habitualmente se llama Tinta Roja y en estos días eligió nombrarse “Tinta Rosa”. El viernes fue todo música y viento que sopló la carpa “donde iba a ser el recital a la noche”. El recital se hizo en otra parte y... ¡a otra cosa! Hubo mucho más, pero esta cronista es desmemoriada y ampulosa en el uso de las palabras (lo que redunda en un despilfarro de espacio). Para más datos y para participar también, visiten el blog de Puerta Abierta al Sur: www.puertabiertalsur.blogspot.com
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