Viernes, 25 de marzo de 2011 | Hoy
MIGUEL ANGEL LENS (1951-2011)
Sus poemas tenían sexualidad. Retrato cotidiano de la mañana frente al espejo, ante la ventana espiando, por la calle Corrientes, el gay que se descubre solo y sale en busca. Casi siempre había un amor chongo rondando en los versos de Lens que buscaban y encontraban inspiración en la salvaje delincuencia de Genet, o en la decadencia romántica de Visconti, las viñetas de Sandro Penna, o en los arrabaleros modos más porteños de chuparse a los apurones. Solía decir, cuenta su amigo Wenceslao Maldonado en la elegía que reproduce la biblioteca Oscar Hermes Villordo, que la calificación “poesía gay” tiene un valor, más que nada, político, por la visibilidad, y didáctico, no por la temática en sí sino por la sensibilidad desde la que se escribe. “Y su poesía dio cuenta de las injusticias y represiones sufridas por ser gay en la época de la dictadura militar. Un ejemplo de ello es una de sus obras más conocidas, Los poemas de Jimmy Barrett (el sureño), en la que logra relacionar el choque entre libertad sexual y represión de la dictadura, con el fondo rockero de cantores y músicos norteamericanos, pero totalmente porteñizados.” Desde 1994 fue uno de los entusiastas animadores de un grupo llamado Poesía Gay de Buenos Aires, que entendía como un hecho de militancia la poesía misma.
El poeta Miguel Angel Lens murió 28 de febrero. Su última publicación: Sed de Querelle (2009).
dulce prisa de gozar
Sandro Penna
pantaloncito rojo
fogueando las curvas
y un gramo de frula
platinando el bolsillo
el pañuelo al cuello
para excitar al viento
y la noche que avanza
como un remolino
no te enamores niño
de ese chonguito
que patea
y rebuzna
como un burrito
extraño cosmos
donde un adolescente
enamorado
se maquilla
y enciende la sombra
de sus noches desiertas
con el rojo potente
de un lápiz de labios.
De Jaschou (1992)
este tipazo es
flor de pentagrama,
eco de viola morena
retumba en su mirada
el parche recaliente
de la madrugada
yo toco la tensa fusa
de su sexo erguido
afino el acorde prepotente
de su deseo que no acaba
cucheta de acoplado
sus chupones resuenan
y una caja de jadeos
me empalaga
(yo estoy en clave de luna)
él es
corchea
semicorchea
motor parado echando humo
espía
por la ventana
de seda y de verano
imagina la caricia áspera
del morocho más sexy del barrio
el rubio adolescente
(encerrado de prepo
por su padre milico)
”¡Sos como el 60,
andás por todos lados...!”
¡che...flaquito!
¿de qué barrio sos?
¿te copan Pink Floyd
Hendrix
Los Stones?
¿nos echamos un polvo?
Y el rocío era su loción de aurora. André Gide
un gran ramo
de levantes perfumados
remerita rosa dejando ver el ombligo
y la cintura
para que eche el lazo
el brazo fuerte y velludo
el rubiecito
con su lengua de cachorro
lame la dura dulzura
del pintón traseúnte
sólo arpegios de placer
en la noche calientan
desde el umbral un sombrío custodio
espía y se masturba y zaguanea.
voluptuosa temeridad
de galancito
en parábola
de abeja...
Poemas publicados en el Numero 8 de la Revista Omero.
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