Viernes, 25 de marzo de 2011 | Hoy
TEATRO
Sádica! ¿Quién rompe el silencio? es una historia de represiones propias y censuras ajenas.
Por Leandro Ibáñez
Dos hombres prisioneros. Uno privado de su libertad por atacar la moral y las buenas costumbres, el otro atrapado en su propia fe y devociones divinas. Un marqués, popular y notorio, para quien todo es ficción y personajes. Un clérigo, torturado por sus pasiones, las que sublima en el cuidado de sus enfermos mentales. Y completando la tríada, una mujer atada a su hombre por amor, al punto de mudarse a un manicomio para tenerlo cerca de su cuidado y control.
Sádica! es un musical que fusiona libremente dos clásicos del teatro como los son Rent y Marat/Sade; aunque aquí la violencia que implica la locura se encuentra bastante tamizada. Una puesta en escena interesante y original donde cuerdas y cadenas, argollas y andamios, convierten el escenario en el manicomio de Charenton. El elenco de locos, treinta jovencísimos bailarines, se despliega por toda la superficie del escenario, invadiendo también el plano aéreo y ajeno. Con cuadros musicales cortos, acompañados por un expresivo manejo de luces y efectos especiales, este grupo de bailarines sabe cómo moverse y continuar con sus notorias interpretaciones alienadas aun cuando se encuentran al margen de la acción.
Si bien el audio cuenta con algunas notorias dificultades, son destacables las voces de Ana Rodríguez, en la piel de Nadine, y de Carla Liguori como la Doctora. La interpretación que lleva a cabo Gabriela Bevacqua (Constance), por su enérgica actuación e imponente voz, resalta del resto.
En un tiempo donde todo se encontraba revolucionado, y los paradigmas de la modernidad comenzaban a cuestionarse para dar lugar a los contemporáneos; la controladora moral católica se enfrenta a la pugnante libertad de expresión artística. Estas dos contrincantes se encarnan en dos hombres antagónicos, y en un instituto de enfermos psiquiátricos como campo de batalla. Donatien Sade, una interpretación fuerte y segura de Nicolás Pérez Costa, lucha con el regente Coulmier para que éste comprenda que sólo se ama y se conoce cuando se involucra todo el ser. Y en la medida en que cada uno de ellos muestra sus pasiones y vicios, como cebollas van pelando sus ropajes, hasta que desnudos se funden el uno en el otro.
Sádica! ¿Quién rompe el silencio? Funciones martes 21 hs.
en el teatro El Cubo Pje. Zelaya 3053
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