Y acá estamos, esperando Navidad, señoras y señores, con la ciudad llena de bolas, chicas, grandes, medianas, brillosas, opacas y muchas luces de árboles cargados de pedorrada kitsch, de niños dioses durmiendo al calor del sol de esta época de clima inestable... y sí, hace calor pero igual reivindicamos la Navidad de nieve y Papá Noel abrigado con las bolas transpiradas con ese traje de nylon. Me imagino el olor que se incuba después de un día soportando pendejos que piden y piden sus regalos imposibles de padres acogotados... uy Papá Noel se equivocó... es que hay muchos chicos que no tienen nada entonces tuvo que repartir... y vos esperabas un triciclo y te traen un maso de cartas de Pokemon, que te dan ganas en un rincón del corazón de ser gitana para predecir si el año que viene vas a sentirte el mismo pelotudo abriendo regalos con ilusión desmedida que resultan ser una depresión profunda. Menudo hijo de puta Papá Noel, eso ni dudarlo.

Me escriben del diario para pedirme que me vista de Papá Noel o de Mamá Noel o de mamalo a él, no escucho bien, y yo dispuesta y con gracia empiezo a pensar qué carajo me pongo, la barba ya la tengo, sobre todo si las fotos se hacen al atardecer, eso es lo de menos. Quiero ser una mamá Noel trash, punk, una trola navideña, una perra Noel.

Y así será, eso seguro. Y pienso mientras revuelvo los percheros con mi ropa viendo cómo puedo hacer, todo lo rojo queda tirado en el suelo y me cuesta elegir. Ya está, esto es, vestido de lúrex rojo, medias agujereadas con cigarrillo y zapatos dorados en los pies... Sí, sí, sí. Ya está mamalo a él, ya está lista para salir a revolear paquetes. Será por eso que me eligieron ese personaje, ahora lo sé, porque anda revoleando paquetes toda la noche. Por eso debe ser y sí, si yo fuera Papá Noel, me pondría un vestido rojo apretado como un matambre con los huevos duros saliendóseme por el culo, glamour navideño si los hay... De todos modos, está bueno una vez por año ser un personaje tan querido como él. Yo, qué quieren que les diga, si fuera Papá Noel de verdad por una Navidad haría habilitar todas las chimeneas de la ciudad y les haría poner un chongo erecto abajo esperándome, sisisis, así en la caída libre quedo ensartada como churrasco de croto, y reparto los regalos con más energía, fíjese usted. Eso sí, que limpien el hollín, si no cuando me esté clavando el chongo va a pensar que soy Rey Charol en vez de perra Noel.

Lo que me vendría bárbaro es el trineo porque el taxi esta carísimo... y en vez de renos, que por acá nunca, ataría varios cornudos que hay por doquier y allá vamos de chimenea en chimenea revoleando paquetes como loca desquiciada, y si hay algún paquete exagerado desato el nudo del moño con la boca y a disfrutar que quizás sea la última vez. Y así pasaría la noche, paquete va paquete viene, la chimenea me entretiene.

Salgo cagando a la casa de Sebastián Freire, el fotógrafo encargado de hacer las fotos, camino por una vereda de Buenos Aires vestida de rojo, que en vez de mamá Noel parezco un gato de Sofovich pisado por un auto, los tacos traquetean por las baldosas y los soretes de perro, y pienso en agarrar algunos y envolverlos para regalo, ¡a más de uno le vendría bien! Llega la hora de los disparos de la cámara, me muevo como loca y poso con un glamour navideño imcomparable, soy la primera en entrar al estudio, al rato llega una dragona queen divina, que conozco hace años, de cuando andábamos de minifalda de arpillera, y al rato un caballo masculino, un semental en tanga que se pasea con su paquete por la casa, y mi corazón se para por un momento y no puedo dejar de observarlo... será real, será una media o un paquete de algodón estrella... da igual, para mí que con ese paquetón ese muchacho tiene un cargo alto en Oca... Miro por última vez ese navideño ganso y me doy cuenta de que ya me tengo que ir (digan que ese paquete no tiene moño que si no... mamalo a él se lo desata con la boca sin dudarlo).

merri crismas... pero sobre todo... JAPI JAPI new yerrrr!