Viernes, 13 de julio de 2012 | Hoy
MI MUNDO
En el año 2007 Chris Crocker se hacía mundialmente famoso por defender a Britney Spears. Llorando y a los gritos pedía “Leave Britney Alone!!!”. Este video que colgó en YouTube fue un éxito descomunal y lo convirtió en toda una celebridad. Y eso hace: publica su vida en la web y se defiende de los ataques homófobos del conservadurismo religioso norteamericano. 270 millones de visitas y una vida por demás particular lo convirtieron en el protagonista del documental Me @ the Zoo, producido por Michael Stipe y estrenado en Sundance este año.
Por Ariel Alvarez
Pocas cosas deben ser más complicadas que vivir en el infame “Cinturón Bíblico”, la región norteamericana donde el cristianismo evangélico está profundamente arraigado en sus habitantes. La moral, la política y la vida en general son subproductos de las creencias más arcaicas y peligrosas. La zona en cuestión es el llamado sur histórico de los EE.UU., ubicada al sureste del país. La importancia que la población le da a lo que dice la Biblia no se puede definir de otra manera que como fanatismo: está prohibida la enseñanza de la biología evolutiva, le dicen sí al creacionismo (incluida la parte en la que los dinosaurios vivían con los hombres); no aceptan la educación sexual ni el aborto; no toleran la separación de la Iglesia del Estado y, por supuesto, no existe ningún derecho civil para las personas glttb y no se concibe cosa que se le parezca. Muchos de los homosexuales que viven allí encuentran una única salida: escapar. Los que se quedan viven escondidos en la “América profunda” y –por qué no decirlo– en peligro. Pero Chris Crocker, un “afeminado” (así se define) y hermoso joven de 24 años, encontró otra opción: Internet.
Admirador profundo de Britney Spears, salió a defenderla cuando la crítica la atacaba, y sin quererlo se transformó en un fenómeno de masas que, además del humor, nos habla con su estilo particular, de cómo es vivir en uno de los lugares más racistas del mundo.
En el año 2007 Britney Spears aparecía nuevamente en público luego de los numerosos escándalos que la tuvieron como protagonista. Era la entrega de los MTV Music Awards, en donde una aturdida Britney hacía playback y apenas si se movía por el escenario. Los medios la destrozaron. Y Chris Crocker, un chico gay de 18 años que vivía en la casa de sus abuelos en Bristol, Tennessee, colgó un video en MySpace y en YouTube: de fondo una tela blanca, su cara en primer plano, y con los ojos delineados y llenos de lágrimas arremete contra todos los críticos justificando el porqué de la actuación de la estrella pop (también sureña). Desencajado y llorando, lanzó el grito que lo convertiría en alguien famoso en cuestión de horas: “Leave Britney Alone!!!” (Dejen a Britney en paz). Al día siguiente de su publicación el video tuvo 2 millones de visitas. Y Chris se transformó en el personaje que todos querían entrevistar, incluidos la CNN, Fox News, MSNBC, entre otras cadenas importantes. Y la fama llegaba.
Desde 2006 publica sus videos, cargados de ironía y humor ácido, en su blog, Myspace y en su canal de YouTube: www.MsChrisCrocker.com, y al día de hoy han sido vistos por algo más de 270 millones de personas. Y en ellos se presenta como un chico “abiertamente homosexual y afeminado que vive en una ciudad de mente chata, en el cinturón bíblico”, que filma videos cortos desde la casa de sus abuelos, a veces trasvestido, y narra de una manera “extraña y furiosa cómo es tener una vida gay en una ciudad intolerante”. Además de las entrevistas, su video de Britney fue parodiado o citado en numerosos shows de televisión como Glee, South Park entre otros. Y por supuesto no le faltan detractores. En los comentarios de algunos de sus videos (como el que lo hizo famoso, que ya lleva 500.000, siendo el segundo más comentado en toda la historia de YouTube) lo amenazan de muerte, lo atacan por no saber si está actuando o no, lo tildan de “Loca melodramática y exagerada” e incluso la conservadora cadena Fox News lanzó su artillería: comparaban el telón blanco que usa de fondo en algunos de sus videos con el que usaba Bin Laden, y se preguntan cómo tratarlo “¿es él o ella?”. Crocker rápidamente salió a contestar con un video, claro está. Pero la mayoría lo admira y algunos críticos han llegado a compararlo con el actor Andy Kaufman. Y es que Chris provoca ese efecto: lo aman o lo odian, pero lo que es indudable es que no se puede dejar de seguirlo. Ya hay quienes vaticinan un gran futuro en la televisión, entre ellos el propio Chris: “Voy a dar el salto de vivir con mis abuelos pentecostales a vivir con compañeros drag queen. Voy a estar en mi propio programa de televisión . Voy a dar el salto de las letrinas a los saunas ..., a mi propia casa”.
Christopher Darren Cunningham (ése es su verdadero nombre) tuvo que dejar la escuela en octavo grado. Era víctima de bullying y los ataques eran feroces, incluso un profesor de gimnasia homofóbico llegó a amenazarlo de muerte. Se transformó en un adolescente que vivía aislado y sin amigos en la casa de sus abuelos pentecostales que lo criaron, cuando se decidió que su madre de tan sólo 14 años no podía hacerse cargo del pequeño. Su abuelo no omite opinión acerca de su nieto, su abuela, cuando supo que era gay quiso hacerle un exorcismo. La misma abuela que a regañadientes aparece en algunos de sus videos representando a la cultura pentecostal, pero también la mujer que lo crió y en cierto sentido es un apoyo para él, lo cual genera un “equilibrio bastante extraño” que se puede ver en sus cortos.
Sus videos, que son un refugio y un panfleto desopilante a la vez, son hechos por un chico que “está atrapado en un pequeño pueblo que no puede tolerar la homosexualidad y castiga a la extravagancia”. Y habla de todo: desde sida hasta vello púbico, e interpreta personajes que no tienen desperdicio, como Annie Edna, una mujer mayor profundamente religiosa. Y es que su trabajo provoca y sobre todo enoja mucho a algunos: “¿Quieres pelear conmigo?” lo muestra desafiante sentado en un sillón, mostrando su torso delgado y retando a una pelea: “¿Quién puede ver a este chico como una amenaza digna de violencia?”, grita a lo loco, y obtuvo 4 millones de visitas en un día. “¿Por qué soy gay?” fue publicado en agosto de 2007, en un mes llegó a los 2 millones. Y podríamos seguir así: con videos que incitan a los niños a decir malas palabras, con verdaderas reflexiones íntimas: “El desfile del orgullo gay en el lugar donde vivo sólo está en mi habitación. No tenemos el orgullo y el arco iris aquí. Tenemos MySpace. No tenemos saunas, tenemos letrinas” y con cifras enormes de seguidores que lo han convertido en una súper estrella de culto.
Y el alocado niño que llevaba al jardín muñecas Barbie en lugar de alguna figura de acción, llegó al cine. Me @ The Zoo (traducido como Yo en el zoológico) es el documental dirigido por Chris Moukarbel y Valerie Veatch que nos muestra a Chris Crocker en todo su despliegue. Hecho en su mayor parte por las tomas de los videos que lo hicieron famoso, este documental cuenta a su vez, a modo de subtexto, la vida en el cinturón bíblico y la manera que este personaje encuentra de transformar a una cámara en una especie de fortaleza que lo resguarda del mundo hostil: “Fue mi manera de defenderme de la gente de mi ciudad natal sin tener que luchar físicamente”. El film fue presentado en la última edición del Festival de Sundance y fue bien recibido por la crítica. Y la manera en que llegó a realizarse también es muy a lo Chris Crocker: cuando le proponen la idea lo contó en sus sitios web y pidió dinero a la gente para poder llevarlo adelante y en menos de un mes ya tenía la plata suficiente. También aportó capital Michael Stipe (cantante de R.E.M), confeso admirador del joven de Tennessee, quien es el productor ejecutivo de la película, que por sus características autorreferenciales y la gran carga emotiva ha sido equiparada con Tarnation de Jonathan Caouette. Si bien la comparación es un poco mucho, el documental tiene momentos impecables, como cuando Chris se muestra un poco perdido y desorientado ante el fracaso de las primeras ofertas de trabajo en televisión, y cómo coquetea con la idea de convertirse en actor porno, hasta la emotiva relación que mantiene con su madre, adicta a la metaanfetamina.
En el 2008 Crocker se fue a vivir a Los Angeles, para un par de años después volver a su pueblo. Desde allí sigue con sus videos, gestionó el documental y sólo viaja a California por razones de trabajo. El documental fue estrenado el pasado 25 de junio por la cadena HBO y Chris se encuentra promocionándolo, al igual que los dos discos que ha sacado en su nueva faceta como cantante. La historia de este chico y el fenómeno en que se convirtió son los de muchos otros, y por eso también vale la película, algunos quizá todavía escondidos en su habitación, refugio de un afuera intolerante y racista rodeados de los posters de sus héroes, en el caso de Chris Crocker: Britney, la sirenita Ariel y la foto de su madre.
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