Viernes, 8 de noviembre de 2013 | Hoy
Miss Bolivia presentó Miau, su último disco, rodeada de amigxs como Pocho La Pantera, Leo García, Lucy Patané, Lisa Kerner y Luludot Viento. Juntos hicieron estallar la tormenta de la cumbia hiphopera y contestataria.
Por Ana Laura Gualano
La imagino a punto de salir a escena de frente a la diosita Iemanjá –del culto Orixá que profesa– rogando que no se largue la tormenta tan anunciada para que las pibas y los pibes puedan entrar sin mojarse. Pero la fantasía se me diluye al enfrentarme con el público de Miss Bolivia esperando ansioso un shock de electricidad aún más potente que el de dos nubes chocando en una selva del trópico. Rastas, pelos de colores, rapadxs de medio pelaje, tatuajes, la mística rastafari envuelve el ambiente mientras Villa Diamante, la banda soporte, recrea la vida salvaje mezclando la música del Rey León con sonidos electrónicos y juegos vocales. El break dance bautiza el escenario y el ambiente se calienta para que la diosa gata se lo monte y beba la energía de su pueblo: chicxs que entre fasitos y calor humano acceden a una experiencia que busca crear mística urbana. Por aquí una remera de las Kumbia Queers y por allá otra de la revolución zapatista, y la cumbia, el hip hop y el reggaetón de protesta se le plantan con furia al sistema. “Lo que pega es la fusión”, escucho de dos pibas que vienen de comprarse una fresca, y mientras toco con mis manos el nuevo cd-bomba-molotov (una producción independiente de Alta Yama Records) espero ansiosa el maullido de la fiera. Miss Bolivia entra con camisa amarilla, pantalones con dibujos de la planta, lentes de sol y unas flores en las rastas. La acompaña Señorita Carolina, que le hace la segunda voz en la mayoría de los temas. Para arrancar suena el “Rap para las madres”, dedicado a su vieja, que la aplaude entre el público; luego se viene “Tan distintos”, el Trak 1 de Miau, y a partir de ahí mecha sus grandes éxitos con estos nuevos que ya se conocen de Bandcamp. “¡Hermosa!, ¡te amo!”, viene de la boca de una chica y ella le responde: “¡Hermosa vos!” con un énfasis que no se queda corto. En “Alta yama” sube a tocar la viola Lucy Patané –guitarrista de Las Taradas, la Cosa Mostra y amiga de la cantante– y en “Voy quemando” unas bailarinas le perrean con rebeldía afro y un estilo guerrero de movida combativa. “Yo soy la torta, yegua, negra, warrior, queen del barrio, vos sabés, la combineishon me ceba y por eso voy a gritarlo otra vez”, rapea. Que la pone y que la tiene lo dice en las letras. Ahora detona su potencia tortillera ácida y alcalina dejando clarísimo que todo le cabe: “Los tipos, las minas”. Cuando desde el público le tiran una tanga negra (y usada, nos cuenta a todos), ella se la calza en un hombro y ahí empieza el tema más jugado, el que habla de amores con una flaca de La Matanza. La cumbia “para nenas” tiene nombre propio: “María José, no te hagas la cheta, María José, quedate conmigo, conmigo la vas a flashear”. La letra nos deja con la intriga de si MJ le dio bola o todo quedó en puro y duro histeriqueo. Entre meneo y meneo, hay una pausa en la que se va del escenario y vuelve con aires madonescos (malla de baile con tachas). El público en el entremés se fascina con el nuevo video de Menea –filmando en Mar del Plata y de alta calidad–. ¿Qué falta? Falta todo, porque en la segunda parte del recital entran los invitados de lujo que se guarda como ases en la manga para hacer los temas más fuertes del disco. Primero Lisa Kerner recita “Cuando sea vieja” en un conmovedor manifiesto de barba queer y escopeta; luego Pocho la Pantera se hace presente con esa pinta de padre espiritual de los cumbieros. Cuentan juntos que cuando Miss Bolivia se lo cruzó un día de casualidad por la calle, ahí nomás le empezó a rapear “Warrior” y a él le encantó, se dio cuenta de que la chiquita “era un gigante” y decidió grabar con ella el tema “Caprichosa” para su nuevo disco. Como el público está cebadísimo quiere seguirla: “Jalame la tanga” –el hit de Alhaja, el disco anterior– viene al pelo. Para eso la que entra es Luludot Viento, cantante de Los Rusos Hijos de Puta, sacudiendo la cabellera rubia a toda máquina con el dancehall y el funk. Por último, el que sorprende es Leo García cantando a dúo con ella y haciéndole de consejero sentimental en la desilusión amorosa de “Tomate el palo”, tal vez el tema más pegadizo de todos y el que más invita al pogo de medianoche. Los agradecimientos al final se hacen presentes, el canto social se materializa en las manos de aquellos que en red sumaron fuerzas para producir el disco. Paz Ferreyra –Miss Bolivia– es un avatar de la cumbia construido también gracias al amor de sus amigos. Sin dudas Juanito el Cantor y Guillermo Beresñak, los productores, pusieron la bala donde el ojo y el arte de tapa de Aka tu vieja hizo el resto, pintándole la cara de colores a la adoratriz de la Pachamama. La noche se pone fiera y el palo se lo toman todxs. En esta selva de cemento que tenemos por hogar sigue sonando el canto de la gata bajo la lluvia persistente que teñirá las horas venideras.
Miss Bolivia canta en el cierre de la marcha y además se presenta el 14 en la Bienal Arte Joven y el 15 en Niceto Club junto a Mimi Maura.
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