A los 25 años dejó este mundo aunque no la lucha la performer Elizabeth Chorubczyk. Mañana sábado entre las 17 y las 21 se realizará en su nombre un encuentro y un homenaje en Tierra Violeta (Tacuarí 538).
› Por Lucas Gutiérrez
Dicen que Elizabeth Chorubczyk falleció. Eso dicen. Pero nunca va a ser así mientras recordemos todo lo que hizo y sigamos accionando como ella nos enseñó.
A Elizabeth, Effy como le gustaba decirse, le dijeron que nunca iba a ser mujer por no menstruar, respondió de la mejor manera que sabe hacerlo: con una performance. “Nunca serás mujer” se llamó y constó de trece “menstruaciones”. Se extrajo sangre y la dividió en trece. Trece actos piscomágicos que demostraban que su órgano más fértil en menstruar, era su cabeza. Ni varón, ni mujer, ni XXY, ni H2O: Effy.
En el arte y a través de la performance, te hacía parte de su mundo. Te inspiraba y enseñaba a enseñarte a pensar, repensar y resignificarte. En lo legal, fue una guerrera.
Effy celebró y lloró frente al Congreso una Ley de Identidad de Género que a ella no le terminaba de servir. Su pasaporte israelí decía Elizabeth con M, entonces su DNI caía en vacío legal. Luchó hasta poder sacarse una foto, sonriente, con un pasaporte M y un DNI con F, en los dos decía Elizabeth.
Cuando OSDE le quiso negar la cobertura para la cirugía de reasignación genital, ella se operó particular, y a través de la Superintendencia de Salud le inició acciones legales a la prepaga. Desde el organismo dictaminaron que esta negativa era “parcial, arbitraria, caprichosa y tendiente a justificar una práctica negativa de cobertura a la que el paciente tiene derecho a acceder sin intervención judicial”. Effy ganó.
El cielo está gris, y en la casa velatoria su mamá, Dori, nos dice “los EffyMias”. Somos los y las todxs que aprendimos y anduvimos al lado de Effy en sus perfos, sus batallas legales, sus charlas, sus risas chiquitas, sus juegos, su ser y hacerse. Su familia aprendió con ella: empezaron por negarla hasta llegar comprenderla, acompañarla, abrazarla y celebrarla, y siempre amarla. Su familia somos todxs.
La placa del coche fúnebre decía Elizabeth Chorubczyk. Se fue con su nombre, victorioso, saludándonos, recordándonos las batallas que ganaste, las luchas en las que pusiste el cuerpo: un cuerpo tal como lo elegiste crear. Ahí va, tu cuerpo se nos va. Pero todas tus enseñanzas quedan. Y yo, sigo acá, esperando que aparezcas y me digas que todo fue una performance, una que tendremos que completar con nuestra acción mientras vos no estés. Yo te sigo esperando. Hasta el reencuentro vamos a seguir haciendo, creando, riendo y bardeando como vos nos enseñaste. Hoy me quisieron convencer que habías fallecido. Yo les conté que vos, sirena de ciudad, no te vas a morir nunca, no mientras sigamos en la lucha, como nos enseñaste. Gracias Effy.
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