Viernes, 19 de septiembre de 2014 | Hoy
BDSM ILUSTRADO
Por Pablo Perez
“¡Puño a fondo!”, se despide siempre mi amigo Karl Fist cuando chateamos. En los ciberperfiles de los practicantes del fist fucking (sexo a puño) además de esta consigna, es recurrente el juego con la doble F: “FFUN” y “FFUCK”. El fist fucking es una de las prácticas frecuentes en el BDSM. Pero si analizamos la sigla, que incluye entre sus letras el bondage, la disciplina, la dominación, la sumisión y el sadomasoquismo, ¿dónde lo ubicaríamos? ¿Quién domina en el fist fucking? En su último libro, Anímese al fist fucking. Guía práctica para ella y él, el escritor francés Erik Rémès plantea que, lejos de ser una práctica de sexo fuerte o extremo, el FF “necesita de una gran suavidad [...] La mano debe acariciar, masajear sin fin, cortejar el orificio. Debe buscar ser aceptada, amada”. Rémès va todavía más a fondo: en su libro encontramos una dimensión espiritual, todo sucede en la zona del hueso sacro “también llamado luz, porque allí se alberga el fuego de los deseos”. “El posee tu mano, se la lleva con él –leemos en uno de los testimonios–. Es él quien me posee. Me lleva a la profundidad de su ser, de su espiritualidad.”
Según la definición de fist fucking en Wikipedia, se trata de “un acto sexual consistente en la introducción parcial o total de la mano en el ano o la vagina de la pareja”. Siguiendo este razonamiento, todos y todas los que alguna vez recibimos o nos metimos uno o más dedos seríamos practicantes de fist fucking, al menos seríamos principiantes. Pero “fist” quiere decir puño y recibir un puño requiere de un entrenamiento que puede llevar años. Con uno o dos dedos se empieza y, en la progresión, se puede avanzar hasta la posición llamada “pato silencioso”, con los dedos de la mano juntos (como cuando se quiere hacer un pato en sombras chinescas). Para la progresiva dilatación se pueden usar también dildos; un amigo experto recomienda empezar con uno inflable. Con paciencia, al “pato silencioso” se lo puede hacer hablar, el puño puede avanzar hasta que el brazo se mete en el culo o en la vagina hasta el codo. Se recomienda tener las uñas bien cortadas, usar mucho lubricante y guantes de látex para facilitar la tarea. Algunos suelen agregar al kit un buen poppers, que ayuda a la dilatación. Se puede hacer en cualquier lugar, lo ideal es hacer un sling, que se puede suspender a la altura necesaria. Para el fist, por último, no hay distinciones de sexo ni de orientación sexual, tampoco hace falta ser BDSM: todxs tenemos culo. l
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