Ariel Rodríguez Bosio es el fundador de Arcoiris Universal, una organización que propone un modo de vida que conecte lo humano con lo que no lo es en otros términos. Plantan árboles frutales en espacios públicos, dan talleres de alimentación viva, fomentan el trueque, las compras comunitarias. ¿Cómo entra la diversidad en ese plan? “Observo la naturaleza desde chico y veo en ella disponibilidad, abundancia. Sin imposiciones –dice Ariel con iguales dosis de optimismo y mesianismo–. Como especie hemos hecho un divorcio con la naturaleza. Eso nos lleva a pensar el mundo de modo dual. El cuento heterosexual monogámico es una imposición que genera sufrimiento. No es para todos pero es el modelo que nos han grabado. ¡En la naturaleza existe todo en distintas proporciones! Desde el poliamor a la monogamia, y todo un abanico en el medio. Las relaciones patriarcales implican imponerse sobre el otro y destruir lo que tenés alrededor. Y eso es casualmente lo que le hacemos al ambiente.” Para Ilse Fuskova los puntos de contacto entre el sometimiento de la naturaleza y el de las minorías son múltiples, y la fuente de las fuerzas opresivas, una sola: “El poder económico provoca una asfixia a la democracia por parte de las corporaciones a las cuales no les importa ni siquiera el futuro de sus hijos. La Argentina ha dado lugar a la explotación minera a cielo abierto, que envenena aire, agua y tierra, y vía libre a Monsanto, que es perverso. El mismo régimen que explota a la naturaleza, cosifica al trabajador, oprime a las mujeres y a las minorías. Sugeriría a todos los interesados que empiecen por leer Nuestro futuro indómito, de Miguel Grinberg. En un momento sentí que para mí el feminismo estaba bordeando cierto encapsulamiento y empecé a acercarme a otros temas. Hay esperanza: las chicas jóvenes se están abriendo a otros problemas”.

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