Viernes, 11 de diciembre de 2015 | Hoy
El grupo Sudor Marika te hace pensar mientras bailás.
Por Paula Jiménez España
Son cinco como los dedos de la mano, de los cuales prefieren el índice y el mayor para levantarlos en señal de V de la victoria. Los cinco hacen cumbia y dos de ellxs leen a Foucault. Se definen como marikas, travas, tortas, aunque prefieren no tener casillero. Lxs integrantes de Sudor Marika construyen con su música de teclado, rayador y letras corrosivas, una casa de medio camino donde conviven la calle y la academia, la diversidad y la afirmación de lo individual: “Hay una fuerza en la banda que es la de ir para adelante. Desprolijo o prolijo, no importa. Hay un movimiento de afirmarnos, como hacemos con la letra de nuestra canción “Las invertidas”, que dice: “El viento sopla y nos amontona/ se acerca la plaga, fiebre rosa / Somos los putos, tortas, marikas / somos las trans, travas, grasitas”. Separados y conjuntamente ya veníamos pensando esto de afirmar nuestras identidades estratégicamente”, dice Pushaps.
Rocío Feltrez: El estribillo dice: “Dejame sentir qué siento, déjame vivir sin nombre, ya no los quiero”. Hay discusiones teóricas y políticas que tuvimos y tenemos, que están en las canciones. Nombrar es patologizar. Esta canción surgió a raíz del asesinato de Diana Sacayán, decimos que las personas trans son diez renglones en un manual de Psicopatología. En la entrevista con Deleuze, Foucault plantea esto de la indignidad de hablar en nombre de otrxs. Por eso, no me pongas un nombre. No me digas lo que tengo que sentir. Y por supuesto, no me mates. El nombre mismo de nuestra banda alude a la cuestión de la identidad.
RF: En un momento planteábamos que la cumbia es la marika de la música. Lo que no se quiere, esta música de mierda, en esa idea cabríamos las tortas, las trans, las travestis. El residuo.
Puyaps: Las marikas somos las que bailamos en las fiestas y la cumbia juega solo ese rol la mayoría de las veces.
Haquirl: Me gusta la cumbia, pero para bailarla, dice la gente.
Pero la cumbia hoy en día es uno de los géneros más políticos que hay…
RF: Sí, incluso pienso que hay muchas bandas que surgieron a comienzos de los 2000, Pibes chorros, Meta guacha, Flor de piedra. Música que nos gusta con letras super políticas que respondieron a acontecimientos de esos años.
Vicente Quintreleo: Tocamos en la marcha del orgullo en Rosario. Hace poco estuvimos en Amor Sí, Macri no y en El Paco Urondo. Ahora nos están llamando de todos lados
P: Algo pasó, es el momento socio histórico. A nosotros nos une un desprecio profundo por las políticas neoliberales. El día de Amor sí…, teníamos una sensación de desamparo y el encuentro fue reparador.
P: Ellxs son como nuestros amigxs, nuestrxs aliadxs. En las lecturas que hacemos está siempre el dramatismo de estos personajes que por momentos son cumbierxs sin saberlo… ¡el dramatismo de Lemebel! Hay cumbias que también son tan dramáticas como él…
RF: Si decimos que la cumbia es la marica de la música, la poesía es la marica de la literatura. Hay que ver cómo se piensa lo abyecto. Pizarnik es una poeta sobre la que se han hecho lecturas psicopatológicas poco interesantes. Dar un nombre y sobreinterpretar…
Nuestra banda toma pertenencia en el barrio de Dock Sud, donde la cumbia se escucha por las calles. Y justo encontramos un estudio de grabación que es solo de cumbia.
Sebastián Zasali: El tipo que lo maneja la tiene reclara. Si vos le decís quiero grabar un tango, no tiene ni idea, pero tocás cualquier cosa y él te arma una cumbia.
VQ: Además del disco estamos por grabar nuestro primer video que se va a rodar por las calles de Dock Sud y del que va a participar mucha gente, activistas, Bife, Susy Shock…
SZ: Importante: chonguitos del docke también va a haber.
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