Vie 05.02.2016
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VACACIONES EN NECOCHEA

La mar no estaba serena

La semana pasada tuvo lugar por cuarto año consecutivo la marcha del orgullo en Necochea. Dos de sus anfitrionas hablan de los costos de la disidencia en temporada.

› Por Dani Umpi

“Mañana gris y fresca, ideal para comerla toda”, “¿Alguna chica curiosa que se anime a experimentar algo nuevo?”, “¿Alguien para hacer algo?”. Perfiles falsos tiran sus botellas de deseos al charco del grupo Gay Les Trans Necochea en Facebook. Entre las respuestas difusas o nulas aparecen promos furiosas convocando a la “4TRA (por TRAvesti y TRans) Marcha del OrguYo y Lucha Lgtttbiqp NecoNchea: que los prejuicios se los lleve el mar”. Si para otras marchas cuesta llegar a un consenso en el criterio gráfico y comunicacional, esta iniciativa se caracterizan por ser pura espontaneidad impetuosa, incluso al redactar las consignas. A las siglas y jergas del colectivo LGBTI que buscan nombrar correctamente lo específico y puntual, se le suman juegos de palabras combativos e ingeniosos, llegando a frases como “Muerte al heterrorpatriarcado, mi amowwr!” o “No a la privatización del ano”. Es una marcha que surgió desde la disidencia como contienda, desde el libertinaje y la confrontación con frases motivacionales tales como “la única iglesia que ilumina es la que arde”.

Marta de la Gente y Marinita E son dos tortas necochences de 27 años, compañeras del preescolar que, junto a Guille Miau “nuestra amiga travesti”, bajaron a tierra sus fantasías. Luego de un experimento esperanzador en el verano del 2012 que terminó con Miss Bolivia cantando, formaron la comisión “Vecines Autoconvocades” para iniciar los trámites en la Municipalidad, “pedir permisos, firmar papeles y todo ese asunto”. Ya tenían experiencia con esas formalidades de cuando reabrieron el Centro de Estudiantes. Cuenta Marta: “Un sábado en el Centro Viejo. Cuarenta personas alrededor de un sheep con música, caracoles pintados que le regalábamos a la gente y carteles contra este pueblo chico con infierno grande. No andaba ni el loro”. En la edición 2016, más convocante y difundida, se sumaron otras voces. Para algunxs fue saludable, para otrxs, no. Cosas que pasan cuando se comienza a destapar y revolver la olla o, mejor dicho, cuando se arma el fuego. Leña y palo nuevo.

¿Cambió el discurso?

Marta: Nosotras estudiamos en La Plata. Cuando volvimos a Necochea nos encontramos que unas maricas habían tomado la posta. Hay gente de partidos políticos, unos gritan “Viva Perón”, la Municipalidad nos dio un escenario… y un patrullero.

Martinita: El tema es que hay gente diciendo cosas de mierda como “hay que integrarse a la gente normal” y “no es verdad que la comunidad homosexual se la pasa de orgía”. Estamos en contra porque esta lucha parte justamente de ese lugar. Tomaron un documento previo que redactamos nosotras y lo transformaron en algo normalizador choto.

¿Decidieron que esta vez fuera una marcha con consignas no tan sexuales?

Marta: Siempre fue algo independiente y muy sexual porque, sí, es cierto, estamos en contra de la familia, hacemos orgías, ¡garchamos! Decidieron que fuera menos tirabomba, festejar los logros y pedir nuevas leyes. Que no escrachásemos a la iglesia, que era lo que veníamos haciendo todos los años. No estamos a favor de la paz. Igual nos hicimos amigas, no hubo enfrentamiento, pero hay tensión.

Luego de cantar en el escenario bajo un atardecer rosado, Susy Shock, dijo que ella no comulga con ese discursito de la normalidad, el amor y la paz porque “es el mundo heterosexista que nos castiga todos los días”. También cantó Neggrah Liya y, en lugar de entregar La Llave de la Ciudad, dieron La Tijera de la Ciudad a Gio, “una lesbiana emblemática”.

¿Qué ocurrió después de los shows en el escenario?

Marta: Se fueron los paquis y quedamos haciendo una quema de corpiños, bailando en tetas. La policía hizo un “asustaje”, nos pidieron que apagásemos el fuego y nos pusiéramos remeras. Bajamos a la playa, nos metimos al mar desnudas, tocamos canciones alrededor de un fogón, hicimos orgías y vimos el amanecer. Estamos a favor del alcohol, la legalización de la droga, la libertad y el libertinaje.

¿Es algo que ya está instalado en Necochea?

Marta: ¿El vigilantismo? Sí.

No, la marcha.

Marinita: Hay más juventud queer y hay potencial pero no les da la energía para hacer un colectivo disidente posta. No hay un espíritu crítico. Sino persignarse y seguir pidiendo que, por favor, nos acepten. Ese es el espíritu. Los putos y las tortas están en esa.

¿Cómo es Necochea en verano?

Marta: Nacional socialista popular…

Martina: ¡Y Nazi! Todo paqui. Chonguerío total en la playa mirando culos.

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