La historia es de un adolescente gay que se enamora de su mejor amigo y sufre porque su amor no es correspondido, porque el amigo se dice hetero y porque el pequeño pueblo donde vive es poco amigable para el affair tapado. Hay melodrama y calentura: Tretch, cuando va a dormir a la casa de Matt, lo ve lavarse los dientes y sale a las corridas para masturbarse en el lavadero, donde se sacude el pene con una mezcla de culpa y deseo que desborda. Todo puede suceder (V&R Editoras) es una novela de iniciación llena de códigos teens, a la que no le faltan algunos territorios comunes donde el gay es la persona atormentada que se siente solo y miserable.

El protagonista, Tretch, es la voz en primera persona que narra y proyecta cómo salir a decirle al mundo “soy gay” (por momentos quiere gritarlo, llevar un cartel que lo diga). Tiene 15 años y es un perfecto pastorcito de iglesia, que se luce en el coro y va a misa con sus padres. Un día, mientras reza, le da la mano a Matt y empieza a sentir calor en todo el cuerpo. Mira la cruz, siente ese calor y concluye que está enamorado de su mejor amigo: el que lo defiende del bullyng de los compañeros y tiene padres gays (los únicos visibles en kilómetros a la redonda de Warmouth, en el estado de Florida).

“Todo este tiempo estuve imaginando que mi secreto era algo que mantenía para protegerlos, para que les resultara más fácil quererme. Pero, en cambio, estuve robándoles la posibilidad de quererme entero”, piensa Tretch encerrado en su cuarto, mientras repite las coreos de Glee y escucha desaforadamente a Taylor Swift y Katy Perry.

El autor, Will Walton, dedica el libro a su editor David Leavitt, quizá el escritor de novelas gays más popular del mundo (los cuentos de Baile en familia son recomendados para cualquier biblioteca).

La trama de Todo puede suceder no es trasgresora, responde a una “gaynormatividad” católica y encasillada, y aun así es interesante en su especie. Trae una novedad: que las historias antes reservadas a lo hetero puedan tener un joven gay y no devenir en tragedia.