A 40 años del golpe la Colectiva Lohana Berkins llama a marchar juntxs y a sumar voces. En esta nota explican por qué. A 40 años del golpe, los archivos de toda una comunidad silenciada comienzan a circular, a abrirse y a escribirse. Algunas pistas para cruzar imágenes, relatos y fuerzas.
› Por Marlene Wayar
A cuarenta años del golpe genocida la memoria se atiborra de imágenes cruentas, relatos de miedo y terror y sudores de espanto como el cadáver de la mudita, Ave María de solo 16 años, encontrado en los terrenos de Batallón 114 camino a La Calera en Córdoba, violado, empalado, quemado con cigarrillo, raspado con alambre de púas, golpeado y fusilado finalmente. No era La mudita por timidez, era literalmente muda, aún hoy no puedo imaginar cómo habrán sido sus gritos ahogados de socorro. O Lohana comentando cómo en la caballería de la policía salteña donde las alojaban le tocó ver cómo un principal medio pelo la jugaba de bueno. Nadia estaba atada y con una bolsa de arpillera en la cabeza y todos (eran cinco) la empujaban, la apuñeteaban y ya en el suelo la pateaban, el mediocre en cuestión llegaba gritando: “No le peguen así. Basta ya” y cosas por el estilo mientras apuntaba, tomaba impulso y ejecutaba la patada de su vida, sonrisa entre dientes para seguir: “La van a matar, basta ya”. Cuando eres presa de caza la adrenalina no te permite perder energía; una vez cazada, maniatada, tirada en el suelo de la seccional 25 la energía se te pierde por todos los poros, sudás por que querés escapar pero está el riesgo del fracaso y el consiguiente castigo, pensás en la venganza y su imposibilidad, pensás en el acto de dignidad que te lleve a la muerte pero al igual que con el suicidio se requiere demasiado coraje. El psicópata, rey entre la tropa de violentos, te circunda cual tiburón, te amedrenta con sus palabras, amaga, ríe. Una suda entera la energía contenida y escucha finalmente: “De tantas patadas al sorete de Echazú se me llenaron las botas de mierda. Limpialas con la lengua”. Una quiere que todo termine, las otras miran de reojo. Sacás la lengua y la pasas por su suela.
A cuarenta años del reinado de la sinrazón dictatorial que nos legó una policía acostumbrada a la sangre y apenas contenidas surgen de las catacumbas, donde cual cristianos han seguido adiestrándose a sí mismas a pesar de los discursos, surgen bajo el ingenio de Robocop y te estampan las piñas desde su metro noventa para que caigas al piso de Mar del Plata, Miramar, La Plata o Constitución y allí ubicarte para que sepás que tenés otra oportunidad para vivir lejos de ahí y que lo comentes para que otras hagan sus maletas. ¿A dónde ir? La única alternativa es la calle, a gritar: por qué el Nunca Más no está sucediendo. Decirle a nuestro país que no estamos en su agenda emocional y eso nos expone a esto. Las travas marchamos todos los días por esos mugrientos pesos que paguen la pensión, diría Susy. Así que te convocamos, nos convocamos para el 24 de Marzo, con La Colectiva Lohana Berkins que –como dice Duen Sacchi– no sólo intenta crear una voz propia, trava, sino la inclusión política de las identidades travas y trans. Nos estamos adueñanando, haciéndonos dueñxs de las prácticas políticas de intervención social y de transformación cultural, porque nuestros cuerpos disidentes tienen la potencia de la resistencia colectiva ante la producción disciplinar e institucional de la invisibilidad. Tu voz sumada a las nuestras estará sobre un puente imaginario gritando a quienes pasen marchando que no sean indiferentes: que a las travas, a las tortas, a las maricas nos matan en la cara de la gente y esto no les conmueve. Que queremos trabajo, educación, derechos sexuales y reproductivos, salud, vivienda y para ello hay que tener aire en los pulmones. Nos están matando por acción y por olvido.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux