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Viernes, 30 de enero de 2009

CINE

Caliente comienzo

 Por Diego Trerotola

Uno de los principales lugares para medir la temperatura cinematográfica del año que comienza es, paradójicamente, el invierno nevado de Park City, Utah, donde cada enero se realiza el Festival de Sundance. No es que tenga tanto espíritu queer como el Festival de Berlín, que se inaugura un mes después, pero las películas glttbi de Sundance llegan a tener mayor circulación mundial a causa de que se trata, generalmente, de producciones industriales de bajo presupuesto (a diferencia de la mayoría del cine de Berlín que está más radicalizado, más insubordinado a la lógica de la industria). Y este año el inicio de Sundance fue más bien caliente, pero no por las películas ni por el cambio climático, sino por el boicot que los grupos de activistas glttbi le hicieron a la iglesia mormona (afincada históricamente en Utah) por apoyar la California Proposition 8 que condena al matrimonio diverso. Y el Sundance, en ese boicot, cayó en la volteada. Robert Redford, el presidente del festival, declaró que Sundance era un evento ligado a la diversidad y la libertad de todo tipo de voces, pero lo cierto que este año la programación no lo apoyaba: había más bien poco cine que desarrollara historias y estéticas sobre la diversidad sexual. Porque lo más relevante de la programación en este sentido, y casi lo único, fue el estreno mundial de I Love You Phillip Morris, dirigida por Glenn Ficarra y John Requa, un relato de pasión aventurera entre un policía convertido en criminal que encuentra en un compañero de cárcel a su verdadero amor. La película está basada en la historia real de una de las personas que más veces se fugaron de la cárcel de Texas, y la protagonizan Jim Carrey y Ewan McGregor, este último ya casi convertido en un icono gay por su rol en la opera glam Velvet Goldmine de Todd Haynes. La película igual despierta varias preguntas que los pocos textos que circularon luego del estreno no llegan a disipar: ¿Otra vez crimen y homosexualidad en la misma línea de fuego de la mirada cinematográfica o una aventura genuina de outsiders sexuales del sistema de valores reaccionarios? ¿Otra vez el ardid de apostar a actores populares para encarnar a personajes gay pero sin comprometerse ni arriesgar afectiva, estética o ideológicamente en la visión de la diversidad? Habrá que esperar a que la película circule en cualquiera de las formas posibles por estos lados. Por lo pronto, según la crónica del estreno de la película del sitio www.salon.com, ya sabemos lo que respondió Carrey a la pregunta de cómo fue besarlo a McGregor: "¡Un sueño hecho realidad!"

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