ES MI MUNDO
Ese brillo en sus ojitos, sus pasos delicados, ese pañuelo rojo flameando en torno de su cuello... algo había en el Meteoro de los ’60 que convocaba al amor de tantos muchachos. Pero ahora, en manos de los hermanos Wachowski, ese “algo” salió del closet y encandila con una estética propia de drag queens.
Antes de que cierta tendencia animé japonés explotara sexualmente, antes de que la ambigüedad o la obviedad se apropiara de los dibujos nipones, antes de que las niñas fuesen aguerridamente lésbicas y que personajes trans volaran como superhéroes queer, antes, mucho antes, estuvo el sesentoso Meteoro. Dibujo animado transformado en icono gay para muchos niños. Porque era difícil, a pesar de su novia Trixie, pensar que Meteoro era heterosexual con esas pestañas, ese pañuelo rojo en el cuello, su ropa ajustada, su belleza aniñada, sus delicadas poses triunfadoras y su gracia al caminar; en síntesis, ese piloto adiestrado en la gracia femenina, en medio de tanto machismo tuerca, no podía ser más que gay. Nadie, mirando bien de cerca, creía mucho en su heterosexualidad, no necesariamente porque ciertas formas generen una relación con la orientación sexual sino porque, principalmente, los gays todavía estamos atentos a leer a contrapelo (y en la época del dibujo animado de Meteoro, todavía más) por culpa de la censura en relación con la representación de la diversidad sexual de los personajes, más aún pensando que esas series son para público infantil (y la sexualidad infantil aún es un gran tabú: recientemente, cuando se divulgó la versión de que Bob Esponja era gay, su creador tuvo que confesar que su personaje era asexual). Ahora, Meteoro dejó de ser un dibujo animado y se convirtió en una película, y casi se puede decir que salió definitivamente del closet. Y los fans de Internet se dieron cuenta pronto: antes del estreno, cuando sólo se mostraba el trailer y los afiches, muchos blogs señalaban que la película era gay. No porque Meteoro dejara a su novia Trixie por algún piloto, sino porque la estética elegida para esta nueva aventura del bólido de las pistas es de los relatos más camp que surgieron últimamente, encarnando todas y cada una de las cualidades que Susan Sontag en su antológico ensayo sobre lo camp atribuyó a la sensibilidad gay urbana. Casi se podría decir que el diseño visual de Meteoro, con esa opulencia artificiosa en cada una de sus imágenes, podría haber sido soñada por una drag queen. Incluso no se exagera si se sostiene que muchas de las escenas de la película podrían formar parte de una secuencia descartada por chillona de Priscilla, la reina del desierto: hay un kitsch descontrolado que llega a las telas fucsias al viento, a las capas de color furioso y brillante que exploran el costado más artificioso del amaneramiento digital. Y de los corredores, ni hablemos: todos los personajes parecen postulantes para un casting de Village People. Tanta mariconería junta no es casual, porque Meteoro fue dirigida por los más sexualmente desafiantes hermanos del cine de Hollywood: los muy misteriosamente queer Larry y Andy Wachowski.
Sin embargo, su cualidad de misterioso fue sólo cuestión de los últimos años, desde que recientemente los hermanos Wachowski decidieron no hacer apariciones públicas ni dar notas. Pero en su ópera prima, Bound (1996), un film muy abiertamente queer, ambos acompañaron a la película a donde fuera, incluso a los festivales gay-lésbico-trans donde la película fue premiada. Bound era una historia protagonizada por una pareja lésbica interpretada por Gina Gershon y Jennifer Tilly, con sus escenas de sexo muy frontales y coreografiadas por la escritora y performer feminista Susie Bright. La película fue valorada por la crítica, los hermanos se hicieron un nombre dentro de la escena queer, y Gershon y Tilly fueron instantáneamente consagradas como iconos lésbicos. A partir de la segunda película de los Wachowski, la situación cambió para siempre: Matrix (1999) fue un inmediato megaéxito mundial y los hermanos desaparecieron de la escena pública. A la par de ese misterioso cambio, comenzaron rumores sobre la identidad de género y las prácticas sexuales de Larry Wachowski. Esos rumores, refutados muchas veces por los productores que trabajan para Warner Bros., señalan la identidad trans de Larry, para algunos rebautizada Lana, para otros Laurenca (su nombre de nacimiento es Laurence). La historia que circula de Larry (dejo este nombre porque es con el que firma aún su nueva película) es más compleja: se divorció de su esposa y tuvo una relación bastante absorbente con Ilsa Strix, una dominatrix sadomaso dueña de un lugar de encuentros leather de Los Angeles y ex pareja del famoso actor porno trans Buck Angel. Como parte de su relación con Strix, Larry comenzó una etapa de feminización muy particular, con transformaciones físicas considerables que difieren en las pocas versiones que lo vieron aparecer públicamente transformado. Larry y Strix están mayormente recluidos en su nueva casa de San Francisco. Eso, claro, si se confirma la veracidad de los miles de rumores y las fotos digitales que muestran la feminización de Larry, aunque es difícil que suceda mientras el contrato de los Wachowski no les permita hacer declaraciones públicas al respecto (y parece que esa prohibición se extiende a todo el equipo de producción de la película). Pero es verdad que ni siquiera se sabe si esa situación es una censura del estudio o una decisión personal de Larry y su hermano Andy. La cuestión es que en sus películas hay cada vez más pistas que permiten rastrear la sensibilidad queer de los Wachowski. Para empezar, el look sadomaso en la saga Matrix se impuso en las últimas entregas, incluyendo una secuencia en una disco gay habitada por freaks andróginos muy particulares, que se podía interpretar perfectamente como una forma de representación negativa y homofóbica de la orientación sexual —retratando lo gay como monstruoso—, pero que en el contexto de las preferencias de Larry parecen ser más bien una forma de erotismo y sensualidad. Pero, más allá de las tres partes de Matrix, los Wachowski volvieron a las bases queer de su cine con su posterior canto queer libertario: V de Vendetta (2005), una historia sobre una revolución extremista iniciada por una pareja de lesbianas. Y la película, escrita y producida por los hermanos y dirigida por uno de sus asistentes, era una adaptación Glbtt de una historieta de Alan Moore, que cambiaba la orientación de un personaje, de heterosexual a gay leather, con el objetivo de criticar un mundo donde se perseguía y castigaba la disidencia sexual.
Pero no sólo hay pistas claras en las películas de los Wachowski, sino que también sus personajes fueron celebrados como figuras eróticas por la cultura Glbtt. Por ejemplo, la historietista Paige Braddock transforma en un icono lésbico a Trinity, el personaje que interpreta Carrie-Anne Moss en la saga Matrix, al incorporarla como el objeto de deseo de la protagonista de su popular comic lésbico: El mundo de Jane. También en Internet se pueden rastrear remontajes de escenas de Matrix en clave homoerótica, como ésa donde Hugo Weaving se masturba con Keanu Reeves para después obligarlo a desnudarse en un escritorio. Es que la sensibilidad gay parece electrizar cada plano del cine de los Wachowski, más allá de lo que quiera imponer la Warner Bros. Y puede ser que tras el estreno de su última película, en la próxima Marcha del Orgullo Glbtt haya varios vestidos con la ropa ajustada y el jopo del Meteoro que interpreta Emile Hirsch. Aunque lo que es más seguro es que habrá muchos miembros de los Club Leathers de alrededor del mundo con un traje de cuero muy similar al de Racer X, el enmascarado hermano de Meteoro en la versión sadomaso de los Wachowski.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux