Néstor Perlongher nació el 25 de diciembre de 1949 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y murió el 26 de noviembre de 1992 en San Pablo, Brasil.

En 1968 empezó la carrera de Letras en la Universidad de Buenos Aires pero dos años después se pasó a Sociología. En esos años milita en el grupo trotskista Política Obrera, germen del Partido Obrero, con quienes rompe por no apoyar su militancia homosexual en el Frente de Liberación Homosexual (FLH), donde Perlongher organiza el grupo Eros, en 1971. En poco tiempo se convierte en la voz más radicalizada de los planteos izquierdistas del FLH, pero la acción genocida de la Triple A desarticula el Frente. En 1974 egresa como licenciado en Sociología y allanan su departamento, lo acusan de posesión de marihuana y pasa tres meses en la cárcel de Villa Devoto. En libertad comienza una carrera en el periodismo, escribiendo con seudónimo en revistas como Para ti, y sobrevive trabajando como encuestador y en agencias de marketing. Tierra Baldía, editorial de Fogwill, publica Austria-Hungría, su primer libro de poesías, en 1980. Un año después se exilia en San Pablo, después de ser víctima de otras varias detenciones en la dictadura por razzias policiales. En Brasil se incentiva su veta académica; es influenciado por lecturas de Deleuze, Guattari y Foucault y termina su tesis, basada en los taxi boys viriles de San Pablo, que luego se editará en castellano como La prostitución masculina. Luego de Austria-Hungría, llegaron las ediciones de Alambres (1987; premio Boris Vian de Literatura Argentina), Hule (1989), Parque Lezama (1990), Aguas aéreas (1990) y El cuento de las iluminaciones (1992). Escribió numerosos textos en prosa entre los que se destacan El fantasma del sida (1988) y los póstumos La prostitución masculina (1993), Prosa plebeya (1997) y Evita vive y otros relatos (2009), entre otros. Desde 1983 comienza a enviar colaboraciones a revistas argentinas como El porteño. Colaboró en las revistas Alfonsina, Diario de Poesía, Cerdos & Peces y Ultimo Reino. En 1982 se radicó en San Pablo.

Desde 1987 está en contacto con la secta del Santo Daime, religión que lo fascinaría hasta el momento de su muerte. En 1989 viaja a París y le diagnostican que es seropositivo. Murió a causa de una septicemia generalizada producida por el sida antes de cumplir los 43 años.