Nos toca vivir en un mundo que es dominado por los hombres, donde no estamos incluidas y del que somos discriminadas. Siempre he protegido a chicas trans y en especial a las menores de edad, que son las más indefensas, ya que algunas familias no las apoyan y otras les sacan dinero. En marzo de 2003 fundé la Asociación Civil Hotel Gondolín para ayudar a cambiar la vida de estas chicas.
Alguna vez creí que una madrina es quien te ayuda a construir tu identidad y a acentuar tu género. Muchas chicas se identifican con una trans más grande y quieren ser como ella, la imitan. Pero estuve equivocada, esto no es verdad. Una madrina es una persona que te da una mano, pero llega el momento de pagar el favor recibido y jamás terminás de hacerlo. Obvio que la madrina no tiene la culpa, ya que ella es como nosotras y ha sufrido de la misma manera que todas hemos sufrido la hipocresía de los Estados.
Creo que una trans es lo suficientemente capaz de afrontar su vida sin la ayuda de las “madrinas”, y sin que ellas sean el único ejemplo a seguir. Estamos capacitadas para ocupar todos los espacios posibles: podemos ser estudiantes, maestras, profesoras. Yo quiero ser en el futuro la presidenta de la Argentina. Mi destino no lo decidió una madrina. Lo decido yo misma.
LA AUTORA ES EX PRESIDENTA DE LA ASOCIACION CIVIL GONDOLIN, ACTUALMENTE RESIDE EN FRANCIA.