Los viernes compro Página/12 por Soy. La leo, me instruyo, me formo, me emociono, me río... me gusta. Mi hija de veintipico me “la roba” para trabajarla en la escuela.

Este viernes la venía leyendo en el colectivo rumbo al laburo y me acordé lo contenta que estuve a la 7 de la mañana del 15 cuando me levanté a escuchar por la radio que había salido la ley de matrimonio igualitario, y comencé a mandar mensajitos, enloquecidos “saquen sus rosarios de nuestras vidas” a todos y todas. Me puse a pensar, difícil cuando una se va encontrando en las calles con pulgares levantados, con besos calurosos, con mensajitos “compremos arroz”.

Digo, me puse a pensar de todo lo que nos sigue faltando, cuántos cambios culturales necesitamos para vivir sin sufrimientos.

“Lo imposible sólo demora cuando es un río de gente que empuja”, dice Marta Dillon, y hago mía esta frase.

Me reí tanto con el artículo de Cristian Alarcón que habla de matrimonios múltiples, como las nuevas utopías (página 4).

Y los comentarios de Daniel Link sobre “el insoportable Filmus” (¡pienso lo mismo!) y el comentario sobre Pichetto “como siempre, bruto como un arado, desagradable y molesto”.

“En la desigualdad nos hicimos fuertes y resistimos”, dice Alejandro Zárate. Y pensé en tantas otras luchas ganadas, empatadas o con asignaturas pendientes que le caería este sayo.

“En la misma Argentina, donde se ganó esta ley, la violencia por expresión de género no tiene fin”, dice Mauro Cabral; trayéndonos a la realidad y que hay que seguir.

Y más, mucho más dice Soy; y más, mucho más decimos nosotros y nosotras. Hoy, todos y todas somos un poco mejor, y se los dice una heterosexual convencida (ja), una militante politicasocial, una activista de los movimientos feministas y de mujeres.

Y vamos por más. Soñamos y luchamos porque el derecho al aborto seguro, gratuito, en hospitales públicos sea ley.

Y ahí debemos estar juntos y juntas contra los fundamentalismos eclesiásticos.

Celina Rodríguez