Clavó sus testículos en los adoquines de una calle de San Petersburgo. El artista Piotr Pavlenski se quedó una hora mirándose los huevos demostrando que hay que tenerlos, pero que con eso no hacemos nada. “Metáfora de la apatía, indiferencia política y fatalismo de la sociedad actual rusa.” Con una consigna similar que denuncia la gran cárcel en la que se ha convertido su país, el artista que ya ha lacerado su cuerpo en nombre de los de sus conciudadanos, este mismo año se enrolló en alambre de púas frente a la Asamblea Legislativa y también se cosió la boca en solidaridad con el grupo femenino punk Pussy Riot, dos de cuyas integrantes están encarceladas por cantar contra Putin en el principal templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Una de ellas, en un claro abuso de autoridad, permaneció desaparecida las últimas tres semanas. La agencia oficialista RIA-Nóvosti ya anunció que el artista irá preso. ¿Cuál de todas las prohibiciones rusas habrá violado más?