Eroticón, sin perder el foco de su lector medio –macho al cubo– grafica el sexo entre varones con una banana y dos manzanas: homenaje velado, quizás, a la obra de Alejandro Kuropatwa y el acento puesto una vez en el falocentrismo. Bajo el errado título de “El amor entre hombres”, un musculoso le lame los pies a otro, un exhibicionista desenfunda el fruto y una melena a lo Rod Stewart se inclina hacia abajo y relojea. En la carrera por la visibilidad, los medios gráficos apostaron a enfatizar “el amor” allí donde sólo asomaba el libre acoplamiento de los cuerpos.