CORDOBA SANTA ROSA DE CALAMUCHITA
Verde serrano
El poblado de Santa Rosa, encajonado en el Valle de Calamuchita, es el epicentro turístico de la zona, con una docena de balnearios de aguas cristalinas, lagos, bosques, jardines floridos, turismo de aventura y una agitada vida nocturna.
Por Julian Varsavsky
Santa Rosa de Calamuchita es un paraíso ecológico al pie de las Sierras Chicas –en el centro de Córdoba–, rodeado de numerosos lagos, ríos, saltos de agua, bosques y, por sobre todas las cosas, de un profundo verdor que avanza por todos los recovecos del pueblo. En Santa Rosa cada casa tiene su jardín florido con enredaderas que van cubriendo cercas y paredes. Además, el río Santa Rosa divide al pueblo por la mitad, y lo primero que uno percibe al bajarse del micro es un profundo e indefinible aroma a verde y a agua, que ingresa por los pulmones como un torrente de vida.
Chapuzones y clavados
Estamos en el epicentro turístico del Valle de Calamuchita, que sirve de base para realizar numerosas excursiones y dispone de una docena de playas sobre el río Santa Rosa, a la sombra de altísimos árboles. Los balnearios son muy concurridos, pero alejándose apenas 500 metros del centro hay playas de arena blanca bordeadas por pinos, donde se descubren parajes escondidos sin gente a la vista (una posibilidad es alquilar una bicicleta y salir a la búsqueda de algún reducto solitario). Los balnearios de Santa Rosa son, por definición, de poca profundidad. Pero hay uno que el humor cordobés bautizó como Miami –a 7 kilómetros del pueblo–, que ofrece una agradable playa con 200 metros de arena y un río con un sector de profundidad suficiente para hacer clavados de hasta 7 metros de altura, desde un pequeño acantilado. Miami es considerada la mejor playa de Santa Rosa debido a la calidad de la arena y a la profundidad de sus tranquilas aguas, que permite también nadar. Su público es principalmente joven y adolescente, y una particularidad de esta playa es que para llegar al sector de la arena hay que cruzar el río caminando con el agua hasta la cintura. El espectáculo mayor de la playa son los clavados, que se suceden uno tras otro a lo lago de todo el día.
El balneario Santa Rita, ubicado a metros del centro de Santa Rosa, tiene un perfil familiar, y en lugar de arena hay un fino césped. Las aguas llegan apenas hasta la cintura, y su principal singularidad es que el turista puede preparar un asado junto al río alquilando una parrilla ($ 2,50). Uno de los balnearios más animados es El Puchuki –otro de los elegidos por los jóvenes– donde los sábados se ofrecen clases gratuitas de aerobics a la sombra de los sauces. Justo enfrente se encuentra el camping El Remanso, muy bien equipado con toda clase de comodidades.
Vuelos en parasail
El aeródromo con pista de césped de Santa Rosa es el único lugar del país donde se practican vuelos turísticos en “parasail”. Esta modalidad de vuelo se realiza normalmente en el mar, con una lancha remontando al aventurero con un paracaídas, como un barrilete. En las sierras, una camioneta reemplaza a la lancha. La opción es muy distinta de los vuelos en parapente, ya que sólo vuela una persona equipada con un arnés que se ata a la camioneta con una larga soga. Las previas no requieren demasiadas explicaciones ya que el comando de todo está a cargo del chofer del vehículo.
El comienzo es tranquilo y el paracaídas se extiende elevándose con total suavidad. Desde la altura máxima (30 metros) se observa un amplio panorama del Valle de Calamuchita: la cadena de las Sierras Chicas al este y las Sierras Grandes al oeste, donde sobresale el cerro Champaquí, el más alto de la provincia (2.884 metros). A lo lejos se ven también el embalse Río Tercero y el reactor nuclear de la Central Atómica de Embalse. El vuelo se realiza a todo lo largo de los 1000 metros de la pista del aeródromo y dura unos eternos 3 minutos donde se mezclan el vértigo y el placer de mirar los paisajes, culminando con un suave descenso. Los vuelos turísticos en parasail los realiza Tucho Espinosa, quien está todos los días en el aeródromo desde las 16 horas. Cada vuelo cuesta $ 15 y la aventurera más joven que se ha atrevido es una niña de 6 años. Reservas: 03546-15-528769 420389
Más aventura
El camping Miami, que está frente a la playa del mismo nombre y a 7 kilómetros del centro, es uno de los lugares donde se organizan excursiones de aventuras en Santa Rosa. Una de las actividades más populares es el descenso en rappel, que se realiza por una pared de 12 metros junto al río, en un contexto idílico. Esta excursión cuesta $ 12 e incluye varios descensos por persona. Desde el camping también se realizan paseos en “mountain bike” ($ 14).
Para aquellos que busquen un poco de vértigo momentáneo y sencillo está la opción de cruzar el río Santa Rosa con el sistema de la tirolesa, en este caso junto al Puente de Hierro en la costanera. La actividad se lleva a cabo todas las tardes desde las 14 horas mediante una soga atada entre dos postes de cemento, uno a cada lado del río, que mide 40 metros de ancho. Al turista se le coloca un arnés con una polea que le permite cruzar a toda velocidad de una orilla a la otra, sobre las tranquilas aguas de poca profundidad del río. El precio es de $ 1,5.
A caballo
Una forma placentera de conocer Santa Rosa y sus alrededores es a lomo de caballo. El circuito más común, llamado Las Estancias, dura 3 horas y cuesta $ 20 por persona. Durante el paseo se cruza el río Santa Rosa a caballo, con el agua cubriendo las patas del animal. Una de las paradas del circuito es la Casa de Campo Yulín –especializada en apicultura– donde se observa todo el proceso de producción de la miel. En total hay 70 colmenas, a las que uno no se puede acercar. Sin embargo, el visitante toma contacto con dos colmenas de forma plana cubiertas por un vidrio, que fueron construidas por las abejas pero inducidas por los apicultores. Estos panales permiten observar en primer plano –mejor que en un documental– el complejo mundo que se esconde dentro de la morada de las abejas. Allí vemos a la abeja reina ubicada en el centro, alrededor de la cual transcurre la incesante laboriosidad de esa pequeña comunidad dividida en castas donde sólo la reina pone los huevos, los zánganos la fecundan y mueren, y las obreras trabajan. En las colmenas observamos la danza corta y circular que las abejas utilizan para comunicarle a sus compañeras el hallazgo de una nueva fuente de néctar a menos de 90 metros del panal. Por último las vemos batir las alas todas juntas para ventilar la colmena por el exceso de calor. Además de miel, en Yulín se producen vino y licor de miel, velas de cera de abeja y licor de pétalos de rosas al coñac. La visita guiada es gratuita, y se puede realizar independientemente de la cabalgata. Yulín queda en las afueras de Santa Rosa, en el camino provincial (s/n) dentro del Barrio Hungría.
Nuevamente sobre el caballo, bordeamos el río a la sombra de frondosos árboles rumbo a Comechingones, un puesto artesanal que produce prendas tejidas en telares de madera. El artesano es Marcelo Corsini, quien utiliza lana de oveja y de alpaca para tejer chalecos, vestidos y cortinas. La visita para observar las técnicas de tejido e hilado de madeja se puede hacer también al margen de la cabalgata (Av. Costanera Río Suquía 1750). La cabalgata continúa hasta la estancia de los Estrada, que data de mediados del siglo XVIII. El antiguo casco es del siglo XIX y refleja los gustos europeos que inspiraban la arquitectura de esa época con una columnata de estilo neoclásico. La cabalgata cuesta $ 20
Existen también otras alternativas de cabalgatas, como la travesía de todo el día subiendo a las sierras para luego bajar a los valles interiores donde se nada en unos piletones naturales perdidos entre los cerros ($ 40). Las cabalgatas se contratan en La Trapalanda (Tel.: 03546421578)