Domingo, 3 de marzo de 2013 | Hoy
CORDOBA. DESCANSO EN ICHO CRUZ Y TALA HUASI
Cerca de Carlos Paz, por la RP 14, aparecen Icho Cruz y Tala Huasi, dos pueblitos con impronta aborigen, apenas separados por el río Icho Cruz. Seducen por su tranquilidad y amplias playas de arenas gruesas, y resultan ideales para relajarse en contacto con la naturaleza o en sus centros especializados en turismo salud.
Por Cristian Walter Celis
Fotos de Cristian Walter Celis
El calor se hace sentir en las sierras cordobesas. Una araña de grandes dimensiones cruza plácidamente la calle principal de Icho Cruz, la única asfaltada, mientras un paisano con sombrero pasea a lomo de burro por la avenida de frondosos plátanos. Una cuadra más adelante aparece otro lugareño vendiendo manojos de peperina y yuyos serranos. Pocos metros antes del río se conforma una típica postal serrana, a sólo 15 kilómetros de la bulliciosa Carlos Paz.
Villa Río Icho Cruz es el rincón perfecto para disfrutar de amplias playas de arena gruesa bordeadas por el agua fresca y cristalina del río homónimo, que pasa tranquilo y silencioso entre grandes piedras. Ese mismo río, a manera de cordón umbilical, une a este pueblito con su hermano gemelo: Tala Huasi, famoso por su camping y espacios verdes. Ambas localidades resguardan en sus nombres el pasado aborigen de la zona. En quechua, Icho Cruz significa “cruz de paja” y Tala Huasi “casa del tala”.
Llegar desde Villa Carlos Paz es sencillo y bastante rápido. La RP 14 va uniendo diferentes parajes serranos: San Antonio de Arredondo; Mayú Sumaj, el rincón preferido de los jóvenes en verano; Icho Cruz; Tala Huasi y, más adelante, Cuesta Blanca, el lugar con las mejores playas de la zona.
Una vez en Icho Cruz, la avenida Argentina conduce en menos de diez cuadras hasta el río, objetivo de cualquier turista que ande por la zona. El lugar es visitado especialmente por cordobeses, según cuentan en la Oficina de Turismo. Desde hace muy poquito este pueblo con poco más de 2000 habitantes logró convertirse en municipalidad, algo que comentan orgullosos los oriundos de la “Capital del Paisaje”, tal como llaman sus habitantes a Icho Cruz. A lo largo de la avenida principal, cuadra tras cuadra van apareciendo diferentes comercios con la típica impronta serrana y una feria de artesanos, que comienza a funcionar durante las últimas horas de la tarde. Las luces de los puestos se encienden casi cuando se va el sol.
PICADA ENTRE PIEDRAS Apenas ponemos un pie en el sencillo puente de cemento que separa Icho Cruz de Tala Huasi, una densa cortina de humo blanco envuelve al grupo de turistas que, cargados con mochilas y termos, van llegando hasta las costas del curso de agua. Es hora de almorzar. El humo de los asadores públicos a la vera del río abre el apetito.
Menos de 50 pasos separan a un pueblito del otro. Pasos que se apuran para aprovechar la sombra de los árboles que crecen junto al río, donde coloridas sombrillas van brotando como hongos. En las playas de Tala Huasi la arena es gruesa y se hace compinche del descanso durante la tarde. No es común encontrar playas tan extensas en las serranías cordobesas.
Al frente, sobre la orilla de Icho Cruz, un grupo de caballos pasta tranquilo bajo la sombra de un gran sauce. A lo largo de la costa, poco a poco van apareciendo las casas de veraneo que balconean por las barrancas del río sobre el tapiz de diferentes tonalidades de verdes. Un regalo de la flora autóctona mezclada con otras especies plantadas por el hombre. Desde lejos, el viento trae ritmos de cuarteto que llegan desde los chalets.
Mientras transcurre la tarde en las costas del río Icho Cruz, las playas de Tala Huasi se van llenando de turistas y cordobeses capitalinos que vienen a pasar la tarde, escapando del hormigón. Además de asadores, existen diferentes barcitos y puestos de venta artesanales para comer, tomar algo o buscar curiosidades y regalos. Con la caída del sol se instala otro de los sellos imperdibles del paisaje gastronómico del lugar: son los vendedores de pastelitos y pan casero, que llegan cerca de las seis de la tarde, cuando la gente empieza a preparar el mate. En pocos minutos, las bandejas plateadas van quedando vacías.
NATURALMENTE RELAJADOS Un kilómetro y medio más arriba del río está el Complejo Tala Huasi, famoso por su camping y atractivas playas. El lugar también cuenta con una pileta climatizada hecha con piedras y venecitas (abierta todo el año), más de diez departamentos, restaurante, un minishop, baños y 200 mesas con asadores. Además de la naturaleza que lo rodea, el complejo invita al descanso mediante una serie de servicios exclusivos para quienes se alojan en los departamentos, según cuenta Paola, una de las encargadas. De marzo a noviembre funciona su Espacio de Rélax donde, además de la pileta climatizada cubierta y el hidromasaje, el visitante puede aprovechar las camas de automasajes de piedras de jade, indicadas para aliviar los dolores corporales, reducir el estrés y contrarrestar la tensión muscular.
Otro de los lugares de esta región del Valle de Punilla que se dedica al turismo salud es la Posada del Qenti. Este medical spa and resort es famoso por la visita de celebridades locales y perfectos desconocidos, que llegan hasta Icho Cruz para dejar de fumar, cambiar hábitos alimentarios, bajar de peso o, simplemente, pasar un fin de semana de rélax. El lugar se encuentra en el kilómetro 14,5 de la ruta 14, dentro del ejido de Villa Río Icho Cruz. Está rodeado de un paisaje natural que, más allá de los tratamientos médicos, transmite paz por sí mismo. “Lo que más destacan los huéspedes de La Posada es la calidez y el profesionalismo de nuestra atención, ya que asistimos a cada persona como única, y los tratamientos son ultrapersonalizados. Si bien tenemos un cupo de turismo internacional, la mayoría de los huéspedes proviene de Buenos Aires, Córdoba y Rosario”, cuenta Rodrigo Morales, gerente de Marketing de la Posada del Qenti.
Una de las particularidades de este centro es que todo el tiempo está generando nuevas ideas que conjugan el cuidado médico con el placer de comer sano y estar en contacto con las sierras. Para marzo, con motivo del Día de la Mujer, Morales comenta que Qenti lanzó un programa orientado a prevenir los tipos de cáncer más comunes en la mujer a través de un protocolo de chequeos médicos combinado con pensión completa, un menú saludable personalizado, spa médico con baño de vapor, sauna e hidromasajes y actividades recreativas. Un auténtico rincón para pasarla bien, aprendiendo pautas para reducir el estrés y vivir sanamente.
Mientras muchos disfrutan de este resort, en el centro de Icho Cruz otros tantos aprovechan el entorno natural del pueblo para volver a casa más relajados. Faltan pocas horas para que oscurezca. Por la avenida Argentina dos jóvenes pasean a caballo muy distendidos, mientras algunos vehículos retoman el camino de regreso a Córdoba. Tras su paso, en la vereda de enfrente, los propietarios de un sencillo bar acomodan las sillas junto a una enredadera de grandes flores rojas, a la que es imposible sacarle los ojos de encima. No hace falta mucho lujo para disfrutar de una pausa serrana. Aquí el rélax está en todas partes.
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