turismo

Domingo, 20 de junio de 2004

TURISMO RURAL CERCA DE CHASCOMúS

Campo adentro

A poco más de una hora desde Buenos Aires, en las afueras de Chascomús, la estancia La Fe combina confort y buena comida en la tranquilidad del campo bonaerense.

Por J. V.

A 27 kilómetros de Chascomús, campo adentro, aparecen tras una arboleda las líneas de estilo colonial del casco de la estancia La Fe. Su dueña, Marcela Tuccio, vive con su hijo en la estancia desde que la compró en 1998, luego de vender su casa en Buenos Aires. Marcela no solamente adora el campo, sino también la vida de campo –aun con sus bemoles– y transmite a sus huéspedes el placer de vivir cada día rodeada por cuatro horizontes verdes que se pierden en el infinito.
Una virtud de la estancia La Fe es la amplitud de sus espacios interiores. En el casco hay una agradable recepción con grandes ventanales que, sumada el comedor, abarca 160 metros cuadrados. Lo mismo sucede con los cuartos, los baños y hasta con las grandes camas señoriales y los antiguos guardarropas de madera. En invierno se duerme al calor de una salamandra o un hogar a leña. Al abrir los ventanales por la mañana, el trinar de todas las aves del mundo ingresa en un solo canto que inunda el cuarto. El repetitivo toc-toc de un pájaro carpintero le pone ritmo a los sonidos del campo, mientras una cigüeña se aleja con su vuelo suave remarcando la línea del horizonte. Junto al casco, sobre el césped, ya está servida la mesa con el desayuno.

Para todos los gustos La jornada en la estancia puede ser tan simple como pasarse la tarde recostado en las hamacas paraguayas leyendo a la sombra de los árboles, o bien realizando diversas actividades. Por un lado, se pueden alquilar arcos y flechas deportivas para practicar tiro al blanco. Durante el atardecer, los paseos a caballo o en bicicleta a la vera del río son uno de los servicios impagables que están incluidos en el precio. Un día de suerte nos cruzaremos con los flamencos rosados.
La pesca en el río Samborombón, que caracolea por la pampa a 200 metros del casco de La Fe, es otro atractivo que ofrece la estancia. Se trata de un río pequeño, pero durante una buena tarde pueden salir hasta 5 tarariras de un kilo o algunas lisas, bagres y carpas. El alquiler de una caña con una caja de elementos y carnada cuesta $ 10. Junto al río se forman pequeñas barrancas donde se ven las cuevas de las nutrias que aparecen cada tanto a curiosear, nadando con el hocico sobre la superficie. Cuando uno camina por el campo al atardecer, escapan volando ruidosamente las perdices de los matorrales.
En La Fe los almuerzos transcurren al aire libre, sobre una gran mesa con todos los huéspedes compartiendo el desfile de bandejas con achuras crepitantes, chorizos de cerdo y vacío. Durante la noche se puede jugar un partido de pool, tocar la guitarra para honrar el pago con una milonga campera, mirar una película en video traída de casa o elegir alguna por Direct TV

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Un mágico atardecer en bicicleta a la vera del Río Samboronbón.
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