Domingo, 20 de marzo de 2005 | Hoy
SAN ANTONIO DE ARECO > GASTRONOMíA CRIOLLA
A 112 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, el pueblo de San Antonio de Areco ha desarrollado una variada gastronomía donde se mezclan los más puros sabores criollos con la sofisticación de la cocina internacional. Un recorrido gourmet por algunos de los diversos restaurantes de este lugar tan gaucho y bonaerense.
Por Julián Varsavsky
Ya en las afueras de San Antonio de Areco aparecen los primeros indicios de que estamos en una zona eminentemente agroganadera: camionetas embarradas, silos cerealeros, molinos y mucha gente a caballo. Y al llegar a la zona de casas se descubren a simple vista numerosas casonas de estilo colonial que denotan siglos de antigüedad. Un reflejo lejano de la originaria cultura gaucha de Areco se observa, por ejemplo, en la vestimenta de muchos de sus pobladores, que lucen vistosos cintos, bombachas y chiripás. Otro aspecto donde todavía perdura una parte de la impronta gauchesca es en la gastronomía, un elemento fundamental de toda cultura.
En San Antonio de Areco hay 25 restaurantes y podría decirse que su gastronomía se divide en dos ramas. Por un lado está la tradicionalista, es decir, las parrillas, muchas de ellas ubicadas junto al río. Allí se sirven tablas de chacinados y empanadas como entrada, luego suculentos corderos y chivitos, y asados en general. La otra rama gastronómica sería la artesanal y casera, más orientada hacia la cocina internacional pero sin romper del todo la tradición criolla, ya que de lo contrario no sería aceptada por los locales.
En una típica casa arequera –con aires coloniales, paredes de ladrillo a la vista y enormes ventanas que llegan casi hasta el techo–, está el Almacén de Ramos Generales, uno de los mejores restaurantes de comidas criollas del pueblo. Las paredes están decoradas con los objetos típicos de un viejo almacén de pueblo, como ser sifones antiguos, candados oxidados, botellas, ventiladores en desuso, herramientas de campo, rejas y una llamativa caja registradora de color plateado.
Como entrada el plato casi obligatorio es una picada con embutidos criollos: salame, queso, berenjenas y porotos en escabeche, papas fritas con albahaca y pasas con mayonesa ($ 7). Entre los platos a la parrilla se pueden pedir riñones a la provenzal ($ 6), tira de asado ($ 8), medallones de bife de lomo ($ 12), bondiola asada ($ 12) y trucha asada al limón ($ 15). En el menú también figuran especialidades de la casa como el conejo al verdeo con papas doradas ($ 15), muslo de pato encebollado con puré de papas ($ 18), y costillas de jabalí en salsa agridulce de cebolla, limón y miel, con puré de manzana ($ 18). Para los postres se sirven los clásicos pastelitos de membrillo ($ 1) y queso fresco con zapallo o higos en almíbar ($ 6). El Almacén de Ramos Generales queda en la calle Zapiola 143. Tel.: 456376.
A San Antonio de Areco la gente viene por lo general a comer carne asada. Pero muchas personas se quedan varios días y tienen la necesidad de variar un poco. Pensando en este segmento del público se inauguró hace cinco años el Café de las Artes –especializado en pastas–, un agradable restaurante con mesas en la vereda. El decorado remite a la tradición campera, con ladrillos a la vista en las paredes, un antiguo teléfono de pared, una salamadra y farolitos a vela.
María Selum es una de las dueñas del Café de las Artes y también la encargada de preparar las sofisticadas recetas del lugar. Es una cocinera intuitiva que experimenta y crea sabores nuevos para sus salsas y rellenos de las pastas caseras. Un ejemplo de esas delicias son los agnolotis rellenos con lomo y condimentos. Y algunas de las salsas especiales son la de finas hierbas (bouquet, garnic y huevo de la Provence), y la salsa de azafrán con nuez. El plato preferido de la cocinera son los agnolotis rellenos de albahaca y calabaza, que se pueden acompañar con una salsa de remolacha con pollo y panceta.
El Café de las Artes ofrece una propuesta de alta gastronomía al estilo de los restaurantes de la zona de Palermo Hollywood en Buenos Aires, pero la gran diferencia es que aquí los platos cuestan casi la mitad. Una buena entrada podrían ser las empanadas caprese (tomate, albahaca y muzzarella), o también rellenas con ciruela, cebolla y queso. Entre las originalidades que se ofrecen están los ravioles negros de atún y calamar ($ 8), los ñoquis caseros con salsa de remolacha, panceta y cuadrata de pollo ($ 9) y los crêpes de hongos con salsa crema de hongos ($ 11).
Para los postres la especialidad son los crêpes, que pueden ser de manzanas verdes con nueces y crema ($ 4), o de higos en almíbar con crema de tamarindo ($ 5). El Café de las Artes queda en Bolívar 70.
En la esquina de Alsina y Alem hay una antigua casona de 1901 que hasta hace unos años fue un almacén de ramos generales, ahora reconvertido en un restaurante criollo. A La Ochava de Cocota se entra justamente por la ochava, a través de una puerta muy alta con un arco de medio punto en la parte superior. El restaurante tiene piso de madera y la ambientación incluye un mostrador con un techito de cenefa recortada como los que decoran las galerías en las casas de campo, un fonógrafo, radios antiguas y foto-murales históricos. Se trata de un restaurante criollo donde se sirven platos sencillos como ser una picada común con salame, queso, maní, palitos y lengüitas de papa ($ 7). O también una picada especial de salame, bondiola, queso, aceitunas, roquefort, morcilla, berenjenas al escabeche y champiñones ($ 15). Las empanadas cocinadas en el momento tienen un sabor muy especial, y pueden ser de carne picante, acelga a la crema o de panceta, ciruela y queso. Además hay tarta de puerro con panceta ($ 8), sorrentinos de ricota y pollo ($ 7) y panzottis de verdura ($ 7). Para los postres se puede pedir un tiramisú ($ 3) y panqueques con dulce de leche ($ 3).
Uno de los lugares más agradables para ir a comer es el restaurante Abedul, ya que está en medio del verde de las instalaciones de un lujoso club deportivo. Allí los viernes y sábados se puede cenar en una terraza a la luz de las velas, o si no en el interior junto a grandes ventanales con vista al campo de golf. No se trata de un lugar tradicional arequero para comer parrilla, aunque de todas formas en los platos se utilizan ingredientes regionales para preparar recetas de cocina internacional. La tabla de quesos y fiambres para dos personas cuesta $ 8, y algunos de los platos principales son los sorrentinos de muzzarella y albahaca con fileto ($ 6), triángulos de calabaza con crema y ciboulette ($ 7), lomo con hongos entre papas y batatas ($ 14), tiritas de lomo a la cerveza negra con papas españolas ($ 13), matambrito de cerdo al verdeo y puré de batatas ($ 14). Para los postres, se puede elegir la mouse de menta granizada ($ 4,5) o también las peras al cabernet sauvignon con helado ($ 5). El restaurante Abedul queda dentro del San Antonio de Areco Country Club y ofrece almuerzos de martes a domingos y cenas los viernes y sábados. De lunes a sábados hay un menú ejecutivo que cuesta $ 9, incluyendo plato principal, bebida y postre. Tel.: 456352
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